ESPIRITUALIDAD

¿Cuáles serán los efectos secundarios emocionales pospandemia?

Esta pausa obligada mundial tiene un propósito claramente espiritual: o eleva su conciencia y su discernimiento o será arrastrado al más profundo hoyo de dolor y desolación.

Paula López Espinosa*
25 de junio de 2020
| Foto: AP Newsroom

La consciencia de los seres humanos ha estado en permanente evolución, a medida que han ido transcurriendo cada una de las edades desde la prehistoria hasta nuestra edad contemporánea.

El alma del homo sapiens ha buscado de alguna manera su trascendencia existencial. ¿La estaremos alcanzando?

En las épocas de la antigüedad, las personas no tenían conciencia del daño emocional, espiritual y psicológico que se infringían unas a otras. Una prueba de esto es la esclavitud, el holocausto y los genocidios entre otros, su consciencia estaba anestesiada y dormida.

Las desbordadas manifestaciones del ego han poseído de modo diabólico a los líderes mundiales quienes a su vez han dominado las conciencias colectivas de sus conciudadanos, convirtiendo a las personas como en una especie de robots sin alma manejados a control remoto por sus opresores. Por esta razón es claro que el sufrimiento desgarrador de los seres humanos es autoimpuesto y autocreado por la falta de consciencia espiritual. 

La humanidad se ha debatido en una batalla eterna entre el ego y el espíritu, expresiones predominantes que brotan del corazón del hombre, convirtiendo la vida en una experiencia absolutamente frustrante, para quienes no le dan el protagonismo al espíritu. 

Aparece entonces esta pausa obligada para el cuerpo y el espíritu, una pandemia biológica, que podría comprenderse como consecuencia de una pandemia espiritual, que irrumpe abruptamente en la vida de la humanidad entera de modo violento, invasivo y aterrador, con el propósito contundente de despertarla.

De repente de la manera más inesperada, la vida de cada ser humano en el planeta se paralizó y se congeló. Quienes habían construido su casa sobre la roca y fueron prudentes, habían enterrado profundamente en su ser cimientos espirituales y de este modo pudieron resistir los embates de las lluvias contaminadas de miedo y los vientos de terror que soplaron contra su casa, su hogar interior; entonces su casa no cayó. Su hogar se fortaleció.

En cambio, quienes fueron insensatos de corazón y habían edificado su casa sobre la arena, no estaban preparados para tantos embates tenebrosos, de manera tal que su castillo interior se derrumbó, quedando helado, asustado y sumergido en la angustia y la desolación. 

Para algunos este confinamiento físico y emocional se convirtió en la tarea espiritual más difícil de sus vidas, en el peor de los escenarios tuvieron que soportar la pérdida desgarradora de un ser querido, sin la posibilidad de acompañarlo en sus últimos momentos, de abrazarlo y bendecirlo en su viaje final, su viaje espiritual a la casa del Padre. 

Otras almas tuvieron que soportar días, noches y meses eternos de tortura, causada por la soledad y el aislamiento emocional, por no poder abrazar, tocar y sentir a sus seres queridos, siendo tan cruel este dolor que en ocasiones hubieran preferido partir de este mundo, que vivir día tras día con un dolor tan fuerte que les oprimía el corazón; sintiendo quizás la misma dificultad para respirar que sentían los moribundos a causa del virus.

Las dos afecciones, la física y la emocional, son igual de letales y dolorosas.

Hubo otros que, sin tener este tipo de angustias, se quedaron presos de la queja y la insatisfacción, de la ansiedad y la desolación, pues sus vidas habían sido vividas de modo banal y vacío, en una carrera loca, sin pausa, sin reflexión; sin detenerse a pensar quién soy, a dónde voy y cuál es el sentido de mi existencia, cuál es el propósito de mi vida y cuáles son las huellas que quiero dejar cuando parta de ella…cuando no respire más…

Los prudentes de corazón entendieron el mensaje divino, se guardaron en su castillo interior y comenzaron un viaje hacia las profundidades de su ser. Recorrieron un itinerario sagrado de transformación personal, que los condujo a crear la mejor versión de sí mismos, con el propósito espiritual de pulir el diamante de su alma.

Los efectos secundarios emocionales podrán ser entonces las bendiciones ocultas que yacen de la elevación de la consciencia, la cual se gesta en el terreno fértil del dolor y la tribulación; o, por lo contrario, la desgracia de permanecer encadenado a la queja, al vacío existencial y la desnutrición espiritual. 

Esta pausa obligada mundial tiene un propósito claramente espiritual: o eleva su conciencia y su discernimiento o será arrastrado al más profundo hoyo de dolor y desolación. Está en sus manos elegir...

¿Quién quiere ser usted cuando logre atravesar este túnel hacia la luz? 

Haga entonces un escáner de su alma para comprender cuáles fueron las bendiciones, los aprendizajes y el crecimiento interior que le deja esta pandemia, para que pueda comprender qué es un momento sagrado de transformación personal y mundial, que, si no lo aprovecha como tal, habrá sido en vano y vacío todo lo vivido y sufrido, tanto por usted como por los mártires que nos antecedieron en el camino hacia la vida eterna…

Mi píldora para el alma: Llegará el momento en el que puedas abrazar y agradecer tu más grande herida, comprendiendo que fue el punto de partida hacia tu transformación y el despertar de tu consciencia; para alcanzar tu liberación. 

* Escritora de Literatura Espiritual. Penguin Random House