Vida Moderna
¿Cuáles son las plantas para mantener la buena memoria?
La memoria es la función cerebral para retener información, pero con el envejecimiento se empiezan a tener problemas.
La memoria es el proceso de almacenamiento para luego recordar la información, y hay diferentes tipos. La de corto plazo, que almacena información por unos pocos segundos o minutos, y la de largo plazo, que es la que almacena por un período más largo de tiempo, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, todos los seres humanos empiezan a desarrollar la memoria desde que están en el vientre, pero los recuerdos se dan a partir de los tres años. No obstante, con el pasar de los años se pueden presentar episodios de pérdida de memoria. Sin embargo, hay una diferencia entre los cambios normales en la memoria y la pérdida de ella, asociada con la enfermedad de Alzheimer y los trastornos relacionados.
Dicho lo anterior, existen plantas que ayudan a fortalecer la memoria como, por ejemplo, el romero, la salvia, la ortiga, el té verde y el ginseng, según reveló el diario español Mundo Deportivo en su sección salud.
- El romero se caracteriza por ser un estimulante circulatorio, puesto que su consumo facilita la irrigación sanguínea en el cerebro.
- La salvia tiene propiedades antioxidantes las cuales son ideales contra el envejecimiento.
- La ortiga es rica en vitaminas A, C y K, polifenoles, flavonoides y minerales como calcio, hierro y magnesio, con acción antiinflamatoria y antioxidante, según indica el portal de bienestar y salud Tua Saúde.
- El té verde se caracteriza por su alto contenido en antioxidantes, en especial flavonoides.
- El ginseng estimula las células del cerebro mejorando la concentración y las actividades cognitivas tanto en los estudios como en el trabajo, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
No obstante, al igual que con cualquier alimento o suplemento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de todas las propiedades de los alimentos ya nombrados, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Tendencias
Por su parte, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló algunas actividades que podrían ayudar a mejorar la memoria:
1. Hacer ejercicio: las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
2. Mantenerse activo mentalmente: así como hay que ejercitar el cuerpo, hay que ejercitar la mente con actividades que estimulen el cerebro y lo mantengan en forma. Para hacerlo, la entidad recomienda hacer crucigramas, jugar bridge, tomar caminos diferentes cuando se conduzca, tocar algún instrumento, entre otros.
3. Socializar regularmente: esto previene la depresión y el estrés, que pueden contribuir a la pérdida de la memoria.
4. Organizar las tareas diarias: el escribir las citas, tareas o eventos ayudará a recordar más fácilmente. Además, Mayo Clinic recomienda evitar las distracciones y no hacer demasiadas cosas a la vez. “Si se concentra en la información que está tratando de retener, es más probable que la recuerde más tarde. También puede ser útil relacionar lo que está tratando de retener con una de sus canciones favoritas u otro concepto familiar”, señaló.
6. Seguir una alimentación balanceada: esto es bueno para el cerebro y para el corazón. La entidad recomienda comer frutas, verduras y granos integrales, elegir fuentes de proteína bajas en grasa, como pescado, frijoles y carne de pollo sin piel. Otros alimentos recomendados son: mango, uvas, plátano, peras, huevos, legumbres como las lentejas, frutos secos como los anacardos, acelgas, espinacas, lácteos, entre otros.