SALUD
¿Cuáles son las primeras arrugas que salen en el rostro según la edad?
Las arrugas son uno de los primeros signos del envejecimiento. Aparecen en la superficie de la piel y se caracterizan por un hundimiento causado por la pérdida de elasticidad.
Las arrugas son una de las principales señales naturales del envejecimiento. De hecho, con frecuencia se considera como uno de los signos de la edad que más impacto causa, especialmente en las mujeres.
Las señales más frecuentes se evidencian en el entrecejo, principalmente en personas que contraen esta zona de la cara de manera inconsciente; las del labio superior que son frecuentes en los fumadores, y las conocidas como patas de gallo, que se evidencian cuando las personas sonríen con frecuencia.
Antes de los 40 años, las líneas son finas, pero si no se adoptan los cuidados necesarios, terminan rompiendo las fibras de la dermis y se convierten en las temidas arrugas, asegura el portal Saber Vivir TV.
A medida que la edad avanza, existen algunos aspectos que inciden directamente en la aparición de esas señales que toda persona quisiera evitar, pero especialmente las mujeres.
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Factores en contra de la piel
Uno de ellos es que disminuye el colágeno debido al descenso de estrógenos. Esto trae como consecuencia que la piel se adelgace, pierde elasticidad y firmeza y reduzca la capacidad de retener el agua en su interior, por lo que se deshidrata fácilmente.
Adicionalmente, según el mencionado sitio web, la piel también se reseca. Esto sucede porque disminuye la actividad de las glándulas sebáceas. Sin embargo, las pieles grasas también necesitan cuidado especial para evitar el envejecimiento.
De acuerdo con información de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, a los 20 años todavía no se evidencian arrugas en la cara, mientras que a los 25 aparecen finas líneas frontales y en los pliegues nasales. A los 30 años estos signos se acentúan, pero además comienzan a aparecer otras arrugas finas en el parpado inferior y en las sienes.
“A los 35 años, los surcos que determinan las arrugas frontales, debajo de los parpados inferiores, la pata de gallo y los pliegues naso geniano cobran más intensidad y aparecen las arrugas delante de las orejas. Es a los 40 años que ya han aparecido casi todas las arrugas de localización facial”, indica esta institución en su página web.
Arrugas en las manos
Sin embargo, estos signos del envejecimiento no se presentan solo en el rostro. Las manos y otras partes del cuerpo también empiezan a experimentar cambios normales de la edad.
A los 50 años comienzan a hacerse presentes la sequedad y las arrugas de la mano; otras se insinúan en el dorso de la nariz, el lóbulo de la oreja y el mentón. Unos cinco años más tarde, la pigmentación del dorso de las manos se intensifica; en la raíz de la nariz se visualizan con nitidez las señales ya mencionadas, en tanto que otras se extienden desde el lóbulo de la oreja y el mentón hasta el labio superior. También hay arrugas cervicales más acentuadas.
La Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica indica que a los 60 años, en el labio superior se ubican arrugas verticales que semejan un código de barras y la piel de las mejillas se torna más floja. Una década después las arrugas faciales ya profundas se incrementan y en la piel del dorso de las manos se acentúan por falta de elasticidad.
Estos cambios dejan claro que la piel es uno de los órganos que más puede enfrentar modificaciones en diferentes partes del cuerpo, todo dado por factores biológicos individuales y por otros agentes ambientales, que inciden en mayor o menor medida en cómo envejece la piel de cada persona.
Si bien la aparición de las arrugas hace parte de un proceso natural, es importante saber que factores como exposición frecuente a los rayos solares incide en que éstas aparezcan de manera precoz, que se presenten manchas e igualmente se incrementan las probabilidades de desarrollar cáncer en la piel, según indica la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos. La exposición al humo del cigarrillo también puede llevar a que la piel se arrugue con mayor rapidez.