VIDA MODERNA
¿Cuáles son los hábitos más productivos?
Algunos días parece que cumplir con cada tarea es imposible. Estos trucos pueden ser útiles para mejorar la productividad en esos momentos.
Mantener el ritmo de trabajo o estudio, o en cualquier otra actividad cotidiana, puede resultar una tarea imposible algunas veces. Distintos factores externos e internos pueden afectar la productividad de las personas, alterar su concentración y dificultar el cumplimiento de ciertos objetivos.
La productividad es uno de los indicadores que se utilizan para medir el rendimiento de los colaboradores o las personas en una actividad específica. Por ello, es importante aprender de qué manera se puede salir de un estado de bloqueo mental que entorpece el trabajo.
En primer lugar, el portal Psicología y Mente explica que se debe tener claro que existen tres reglas básicas de la productividad.
Las reglas de la productividad
La primera es el Principio de Pareto, postulado que indica que se pueden obtener mayores recursos invirtiendo menos tiempo y menor cantidad de recursos. El principio enunciado por el filósofo y economista italiano Vilfredo Pareto lo que quiere expresar es que no se trata de poner más dinero y recursos en una actividad, puesto que eso no es garantía de una mejora significativa; de hecho, en algunos casos pueden obtenerse buenos resultados sin invertir más.
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En este sentido, una adecuada planificación a lo largo de la jornada puede ser la clave para aprovechar mejor los recursos, a su vez que se identifican y resuelven algunos errores en la ejecución de las tareas.
La segunda regla es la Ley de Parkinson, la cual señala que cada trabajo se suele llevar a cabo en función del tiempo que se dispone. El postulado propuesto por el historiador británico Cyril Northcote Parkinson implica que si se dispone de menos tiempo para una tarea, esta se terminará en menos tiempo; en cambio, si se cuenta con mayor tiempo, más tardará la persona en realizarla. Por ello, para mejorar la jornada de trabajo es importante organizar los tiempos y calendarios de acuerdo con los periodos estimados para cumplir cada objetivo.
Asimismo, plantea que es más efectivo asignar tareas sencillas a corto plazo, que señalar una meta general en el medio o largo plazo. Es más realizable la primera opción porque se delimita ‘un paso a paso’ o un avance para llevar a cabo un objetivo final.
Finalmente, está la Ley de Dos Minutos. Esta es la más fácil de comprender de todas y básicamente consiste en que si la tarea es muy fácil y no se tarda nada en realizarla, se debe hacer inmediatamente. Fue propuesta por David Allen, el creador del método de productividad Getting Things Done.
En su blog, el quipo de expertos de HubSpot, el software utilizado en estrategias de marketing, comparte algunos de los hábitos de personas altamente productivas que se pueden poner en práctica para mejorar la realización de las tareas y evitar bloqueos mentales que frenen la productividad.
- Descansan constantemente: este hábito es fundamental para recuperar la energía que se pierde a lo largo del día. Una de las estrategias más populares para tomar pequeños recesos durante el día es la técnica pomodoro, que consiste en trabajar durante un tiempo (25 minutos) y descansar otros cinco minutos.
- Persiguen un propósito: es importante visualizar la meta a la que se quiere llegar para poder cumplirla. El truco está en que ese propósito sea lo que motive las acciones.
- Organizan sus tareas: este consejo consiste en definir cuáles son las tareas pendientes que se deben realizar el día siguiente y destinar un tiempo específico para cada una, señalando cuáles son las más prioritarias y los pasos que se necesitan para realizarlas.
- Procuran no distraerse con factores internos: es común que durante el día vengan a la mente algunos pensamientos, como querer conocer el resultado del último partido de fútbol, buscar una prenda en las tiendas online o revisar las redes sociales. Este mal hábito puede resultar adictivo y es provocado por impulsos internos. Tratar de evitar esas distracciones es clave para mantener el ritmo.
- Mantienen sus tareas pendientes separadas: de acuerdo con la importancia y la urgencia, se asigna un tiempo determinado para realizarlas y se mantienen al margen otras distracciones externas. Por ejemplo: si la importancia y la urgencia son altas, se debe hacer lo antes posible. En cambio, si son bajas, se puede considerar si realizarla o no.
Entre otros consejos se enlistan:
- Utilizar herramientas inteligentes que optimicen el correo electrónico, para facilitar la priorización de los asuntos pendientes.
- Llevar una rutina con hábitos saludables.
- Aprender trucos para ser más productivos en la computadora y con las herramientas de trabajo.
- Estar orientado al crecimiento personal y profesional.
- Saber decir no.
- Estar agradecidos.