Vida Moderna
¿Cuáles son los riegos de padecer glaucoma y perder la vista? Tenga en cuenta estas recomendaciones
Esta enfermedad es silenciosa, por el hecho que se desarrolla sin presentar síntomas graves.
El glaucoma es una complicación silenciosa, debido a que avanza lentamente sin generar mayores sospechas. Sin embargo, una vez se presenten síntomas es necesario prevenir esta patología, debido a que en una fase avanzada se vuelve una condición irreversible.
Conocida también como la ceguera silenciosa, el glaucoma ocular es una enfermedad que en la mayoría de los casos es asintomática y se presenta de forma progresiva. Lo vital es darse cuenta de los pocos síntomas medianamente visibles antes que la complicación se desarrolle con mayor magnitud.
Los expertos de Mayo Clinic señalan que esta patología es un grupo de afecciones del ojo que dañan el nervio óptico. El nervio óptico es el encargado de enviar la información visual del ojo al cerebro y es vital para tener una buena visión.
Normalmente, los daños generados en el nervio óptico están relacionados con la presión alta en los ojos. Sin embargo, no quiere decir que sea la única causa, pero tiende a ser la más probable y con mayor desarrollo de la sintomatología.
El glaucoma puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en los adultos mayores. Se trata de una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 55 años. Como se mencionó anteriormente, esta enfermedad no tiende a ser notable en gran medida, pero no está exenta de presentar ciertos síntomas mínimos.
Como tal, la única forma de saber si uno tiene glaucoma es mediante la realización de exámenes oculares periódicos, dado que es la técnica para medir la presión en los ojos. De igual forma, cierta pérdida de la vista o dolor en esa zona son signos leves, pero que pueden relacionarse con el glaucoma.
Si el glaucoma se diagnostica de forma temprana, la pérdida de la visión se puede reducir o prevenir. De lo contrario, permitir que la condición médica se desarrolle con normalidad, implica un riesgo grave para la salud.
Los signos de alarma de esta enfermedad son: ausencia de síntomas en etapas iniciales, aparición de puntos ciegos dispersos en la visión lateral, dificultad para ver cosas en la visión central, dolor de cabeza intenso, dolencias en los ojos, náuseas, vómito, visión borrosa, presencia de anillos de colores alrededor de las luces y enrojecimiento de los ojos.
Por otro lado, los síntomas aparecen repentinamente. Al momento de tener la leve presencia de los signos mencionados anteriormente, lo recomendable es practicarse un examen de la vista lo más pronto posible y así corroborar la hipótesis o seguir un tratamiento respectivo.
El glaucoma es una condición que no distingue por la edad, dado que puede presentarse como una malformación de nacimiento. Sin embargo, es la enfermedad con mayor probabilidad de padecimiento en pacientes mayores a 55 años.
En ese orden de ideas, los factores de riesgo es tener presión interna alta en el ojo, ser paciente diabético, con presión arterial alta o tener anemia; contar con las córneas delgadas, padecer miopía, lesionarse los ojos y consumir corticoides. Con esos factores de riesgo, la probabilidad de tener glaucoma aumenta considerablemente.
Por suerte, así como la enfermedad es paulatina, la prevención también lo es. Evitar la pérdida de la vista por esta condición se puede lograr mediante varios métodos. Los expertos de American Academy of Ophthalmology recomienda las siguientes medidas:
- Realizarse exámenes a la vista con regularidad (en especial tras la aparición de algunos de los síntomas): Los chequeos permiten que el deterioro se pueda controlar con anticipación.
- Conocer los antecedentes familiares: El glaucoma suele ser hereditario, por lo cual la genética influye.
- Usar protección para los ojos: Las lesiones oculares graves pueden derivar en glaucoma. Emplear protección para los ojos al trabajar o durante una práctica deportiva será de gran alivio.
- Usar gotas de ventas con receta médica: Los colirios pueden reducir considerablemente el riesgo de que la presión ocular alta aumente hasta convertirse en glaucoma.