¿Cuáles son los tipos de acné y cómo tratarlos?

El acné es una enfermedad común de la piel que provoca granos, los cuales se forman cuando los folículos pilosos que se encuentran debajo de la piel se tapan. La mayoría de estos granitos aparecen en el rostro, el cuello, la espalda, el pecho y los hombros.

Si bien cualquier persona puede enfrentarse a esta situación, es más común en los adolescentes y los adultos jóvenes. No se trata de algo grave, pero puede dejar cicatrices, precisa la biblioteca médica Medlineplus.

Nadie sabe exactamente cuál es la causa del acné. Sin embargo, es probable que los cambios hormonales, tales como los que ocurren en la adolescencia o el embarazo, tengan alguna relación con su aparición, aseguran los expertos.

Incluso, existen mitos acerca de las causas. Con frecuencia se culpa al chocolate y a las comidas grasosas, pero en la mayoría de los casos hay pocas evidencias de que la comida tenga que ver en la aparición de estos granos. Otra creencia común es que la piel sucia puede favorecer el acné; sin embargo, los puntos negros y las espinillas no son producto de la suciedad. Por otro lado, el estrés no produce acné, pero puede empeorarlo, advierten los especialistas.

Leves y graves

Existen diversos tipos de acné, según el nivel de agresividad con el que ataque la piel, explica el portal especializado Cinfasalud. El más común es el acné vulgar, que es el menos grave y el que aparece en la adolescencia.

Otro tipo es el quístico, que es una de las formas más graves y se caracteriza por la aparición de quistes, pápulas y pústulas que provocan mucho dolor. Las lesiones, además, son de un tamaño superior que en el acné vulgar.

El tercero es el acné conglobata, que se caracteriza porque hay múltiples elementos nódulo-quísticos unidos entre sí, formando grandes abscesos que drenan a la superficie cutánea por fístulas y que, al reabsorberse, dejan importantes cicatrices.

Uno más es el acné rosácea, que es una afección crónica de la piel consistente en la inflamación de las mejillas, la nariz, la barbilla, la frente o los párpados, y que puede aparecer como enrojecimiento, vasos sanguíneos prominentes similares a una araña, inflamación o erupciones en la piel parecidas al acné.

A estos se suman el neonatal que aparece en los recién nacidos y el de adultos que afecta sobre todo a la cara, alrededor de la boca y en la barbilla.

Tratamientos

El acné no tiene un tratamiento único que sirva para todas las personas. Si las cremas y los antibióticos recetados no funcionan, o si las personas no toleran los efectos secundarios, se pueden considerar tratamientos que se realizan en el consultorio del médico como la fototerapia, la exfoliación química y la infiltración con esteroides.

Independientemente del tratamiento que una persona siga, es importante tener expectativas realistas. En la mayoría de los casos, el acné no se puede curar, solo controlar, dicen los especialistas de Mayo Clinic. Como sucede con la mayoría de los tratamientos, no se empezarán a ver resultados, sino de cuatro a ocho semanas después. Y puede que el acné tenga un peor aspecto antes de mejorar.

Según información de las marca Eucerin, entre los medicamentos que pueden utilizarse para tratar el acné, según el tipo, destacan los retinoides tópicos, antimicrobianos tópicos, ácido azeláico, antibióticos orales, isotetrinoína oral y anticonceptivos orales.

Estos medicamentos se utilizan aislados o combinados, y el dermatólogo prescribirá la medicación apropiada en función de la gravedad de los síntomas.

Recomendaciones caseras

Además de los tratamientos dermatológicos, hay alternativas caseras que pueden ayudar a mejorar las condiciones de la piel generadas por el acné, según la compañía de medicina Sanitas.

- Limpiar la piel suave, pero completamente con jabón y agua, quitando toda la suciedad o maquillaje.

- El lavado frecuente controla la grasa. Hay que realizarlo por lo menos a diario y después del ejercicio.

- Utilizar vapor o compresas húmedas cálidas para abrir los poros que se encuentran obstruidos.

- Peinar el pelo hacia atrás para mantener despejada la cara.

- Usar astringentes para quitar el exceso de grasa.

- No rascar, tocar o frotar las lesiones. Estas acciones pueden aumentar el daño de la piel.

- Lavarse las manos antes y después del cuidado de las lesiones para reducir el riesgo de infección.

- No apoyar la cara sobre las manos. Esto puede irritar la piel.

- Identificar y evitar cualquier cosa que agrave el acné. Esto incluye cuidar las comidas, lociones y maquillaje.

- Evitar las cremas o cosméticos grasosos, que pueden agravar el acné.

Vale la pena indicar que el tratamiento del acné, sea medicinal o no medicinal, necesita tiempo para surtir efecto. Dado que es fácil que los pacientes se desalienten y abandonen los tratamientos, es importante perseverar y mantener las pautas, incluso si no se produce un cambio inmediato que evidencie una mejoría, concluyen los expertos.