Vida Moderna
¿Cuántas veces por semana puedo comer pollo?
Esta carne tiene beneficios en el organismo, pero podría también presentar algunos efectos adversos.
Para estar sano se necesitan muchas cosas. Una buena rutina de ejercicios o al menos una vida no tan sedentaria, tener buena higiene personal, cuidar la vista o el cerebro de las pantallas electrónicas y una alimentación balanceada son algunas de las principales características que deben atenderse para el beneficio del organismo.
Esta última, por ejemplo, fácilmente podría ser la más importantes, pues lo que se ingiere en forma de comida o bebida es la principal fuente para el cuerpo de vitaminas, minerales u otros nutrientes esenciales para poder desarrollar las actividades del día a día, así como para completar con normalidad los procedimientos metabólicos internos.
Es por esto que cada vez más los profesionales de la salud están más enfocados en volcar la mirada de sus pacientes hacia lo natural, recalcando las sustancias que mejor caen y haciendo hincapié en el poder evitar los excesos.
La Organización Mundial de la Salud se ha referido a ello cada vez que le ha sido posible, entregando un balance actual de la manera en que las personas se alimentan globalmente, mostrando que hay hábitos por mejorar.
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“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indica la entidad.
Además de las sustancias enlistadas anteriormente, otras que pueden ser de gran beneficio son aquellas que aportan proteínas, tal como las carnes. En ese sentido aparece el pollo.
De acuerdo a lo demostrado por la ciencia, cada 100 gramos de este producto de origen animal contiene cerca de 20 gramos de proteína, además de tener muy poca grasa.
Asimismo, el pollo es una gran fuente de nutrientes, que proporciona los aminoácidos necesarios para la síntesis de colágeno, que es una proteína estructural clave presente en el sistema óseo.
A su vez, es una concentración importante de vitaminas del complejo B, como la niacina, la vitamina B6 y la vitamina B12. Estas desempeñan un papel esencial en el metabolismo óseo y la formación de glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos óseos y dentales.
Es un alimento muy versátil, por lo que es posible realizar una variedad de preparaciones que complementen una dieta saludable. Se puede usar en ensaladas, gratinado, frito, cocinado, entre otras recetas. Lo importante, es nunca consumirlo crudo.
Así las cosas, también es clave destacar que si su consumo es excesivo podría elevarse el nivel de lípidos en la sangre y el almacenamiento de grasa. De tal forma, podría aumentarse el colesterol malo, por lo que se habría riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o hipertensión.
Por ese motivo, lo idea para perder o mantener peso e inclusive para hacer del pollo un aliado nutricional efectivo se recomienda que su frecuencia en el consumo sea de tres a cuatro veces por semana. Mientras tanto, las carnes rojas solo deberían ingerirse una vez cada siete días.
Un detalle adicional es que otra parte muy consumida del pollo para obtener los anteriores beneficios son las patas. Según un estudio realizado por la Universidad Nove de Julho en Brasil reveló que las patas de pollo son una excelente fuente de colágeno. Estas extremidades inferiores del pollo contienen cartílagos, tendones y huesos que son ricos en esta proteína. En aproximadamente tres o cuatro patas de pollo, que equivalen a unos 100 gramos, se pueden encontrar alrededor de 17 gramos de colágeno, de los cuales el 70 % corresponde a esta proteína.