¿Cuánto cuesta traer un globo metereológico a Colombia como el de Faber Burgos?

La creatividad y el gusto por la ciencia de Faber Burgos, el influencer que captó hermosas imágenes desde la estratósfera con un globo de helio, un cámara Go Pro y una nevera de icopor; ha inspirado a muchos a indagar cuánto costaría replicar el experimento que se ha hecho viral.

En entrevista con SEMANA, Faber reconoció que mandar su sonda artesanal al espacio, a 30 kilómetros de altitud, era “carísimo” y que, por tanto, tuvo que pedir ayuda a una empresa de envíos llamada ‘Encarguelo.com' para traer el elemento principal de su proyecto: el globo meteorológico.

Un globo de estos tiene la capacidad de realizar vuelos de forma estable por un tiempo prolongado en la estratósfera, por su liviano peso y gran resistencia, pero así mismo usarlo para salir del planeta tiene un precio elevado. En páginas como Mercado Libre, un globo meteorológico de 600 gramos -el mismo que usó Faber- y de 20 pies de diámetro tiene un costo superior a los 400.000 pesos colombianos.

Si bien hay unos más económicos, entre doscientos y trescientos mil pesos, el valor depende del material con el que está hecho -usualmente polietileno o mylar- y del gramaje de cada cual. No todos se elevarían a tal altitud como la que logró Faber en su experimento, de ahí que la inversión sea alta. Sumado a que debe ser importado y tarda varias semanas en llegar a Colombia dependiendo del proveedor.

Además, como bien lo dijo el influencer en su video viral, no solo es cuestión de conseguir los 1.811 litros de helio para inflar el globo, porque pese a ser resistente este elemento puede romperse fácilmente si se suministra demasiada presión en el procedimiento.

En cuanto a la cámara GoPro que permitió a Faber grabar tres horas ininterrumpidas en el espacio, el valor promedio está entre 150.000 pesos y 180.000 pesos. Una inversión menor que el globo, pero que también podría perderse si la calidad del equipo no es la esperada y se daña con el cambio de condiciones atmosféricas al llegar a la estratósfera.

“Lo primero que hice fue ver la lente de la cámara porque a muchas personas se les ha empañado o dañado el lente subiendo. Pero vi la cámara y todavía alumbraba el punto de grabación. Cogí, la destapé, le quité la cinta, los logos y pausé la grabación. Cuando llegamos a la casa de mi novia nos conectamos a un portátil, pero no teníamos espacio para ver las imágenes”, recordó Faber sobre el experimento.

A los precios ya mencionados habría que agregarle el valor del paracaídas que ayudó a amortiguar la caída de la nevera de icopor donde iba la cámara -elemento que SEMANA no pudo constatar en sus especificaciones y por eso no da un precio estimado- y sumarle los costos operativos de desplazarse a un lugar apto para lanzar la sonda al espacio, ya que, como explicó Faber, es necesario calcular dónde caerá la sonda a su regreso para no perder el material grabado.