Vida moderna
¿Cuánto tiempo debe dormir una persona con alzhéimer?
Esta enfermedad puede provocar alteraciones en el sueño.
Las personas con la enfermedad de Alzheimer o que padecen algún tipo de demencia sufren de “agitación vesperal o síndrome vespertino”. De acuerdo con Sanitas, entidad de salud, este trastorno consiste en que en la noche la confusión se incrementa, al igual que la ansiedad, dificultando conciliar el sueño. “Todavía no se sabe muy bien a qué se deben estos síntomas, pero se sabe que hay factores que contribuyen a este comportamiento, como el cansancio al final del día o una necesidad de dormir menos de lo que suelen hacerlo los adultos mayores, según la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos”.
Sobre esa misma línea, los pacientes con esta enfermedad pueden sufrir insomnio, tener problemas repentinos a mitad de la noche, despertarse muy temprano y tener hipersomnia (tener sueño profundo durante todo el día).
Sanitas señala que “las personas con Alzheimer registran un incremento de sueño fraccionado, es decir, que se mantienen en vela durante más tiempo en mitad de la noche y varias veces”. Por eso, es común que necesiten más siestas a lo largo del día.
Recomendaciones para mejorar el sueño
- Establecer una rutina diaria para acostarse a la misma hora.
- Restringir el tiempo de sueño durante el día, para que en la noche sea más fácil conciliarlo. Sanitas recomienda siestas de menos de 30 minutos en el día.
- Hacer actividad física en el día, para gastar energía.
- Consumir platos ligeros horas antes de acostase. Es importante no dormir sin comer.
- Evitar los ruidos o actividades durante la noche para que la persona no se despierte.
- La habitación de la persona con alzhéimer debe tener luces tenues y se puede utilizar música relajante para mejorar el proceso de conciliar el sueño.
- Evitar el consumo de cafeína o bebidas energéticas.
- No se deben tomar medicamentos para el insomnio sin la receta de un médico. Es importante tener esto en cuenta porque algunas pastillas pueden empeorar el deterioro cognitivo.
¿Cómo dormir mejor?
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, brinda algunos consejos para dormir bien y tener un sueño reparador.
Tendencias
Ambiente placentero
Es fundamental crear un espacio ameno para dormir. Este factor influye significativamente para conciliar el sueño. Se aconseja utilizar cortinas oscuras que disminuyan los rayos solares en la habitación. Además, se debe evitar, en lo posible, el uso de pantallas antes de dormir, como el celular, el computador o las tabletas. Para tener un espacio agradable se deben tener en cuenta las necesidades personales, como tener una almohada, sábanas y colchón cómodos.
Evitar el estrés
Las preocupaciones y los compromisos pendientes pueden ser un problema antes de dormir. Mayo Clinic recomienda utilizar técnicas de meditación para relajarse. “Comienza con los conceptos básicos, como organizarte, establecer prioridades y delegar tareas. La meditación también puede aliviar la ansiedad”, explica la entidad sin ánimo de lucro.
Alimentación
Los expertos recomiendan comer al menos tres horas antes de dormir. Se debe evitar ir a acostarse con hambre o sintiéndose muy lleno. Para el caso de la cena, se recomienda el consumo de comidas livianas y en porciones pequeñas, debido a que la pesadez puede ser un obstáculo para conciliar el sueño.
Alimentos para fortalecer la memoria
Una dieta balanceada es vital para el bienestar integral del organismo. Según el portal Hola, la falta de alimentos y hábitos saludables para el cerebro pueden provocar afectaciones en el sistema nervioso. Por eso incluir ciertos alimentos en la rutina diaria contribuye a un buen funcionamiento del cerebro y de la memoria:
- Aminoácidos: pavo, almendras, cebolla, pescado, arroz, lechuga, legumbres, zanahoria, carnes rojas, espinacas, berenjenas, brócoli, habas, queso, tomate, leche, calabacín y trigo.
- Omega 3: mariscos y pescados como el atún, salmón y sardina. Aceite de oliva, leche, huevos, semillas de chía y nueces.
- Omega 6: todas las semillas y los aceites derivados semillas como el girasol y el maíz. Los frutos secos son ricos en omega 6, las almendras, avellanas, pistachos, quinoa y cacahuetes.