Vida moderna
Cuatro consejos para manejar el estrés
Este tipo de recomendaciones no reemplazan una asesoría profesional
Algunas personas pueden sufrir estrés ocasionalmente debido a algunas a situaciones. Otras, pueden tener estrés crónico, el cual puede durar semanas.
“Los síntomas de estrés pueden estar afectando tu salud, aunque no te des cuenta. Puedes pensar que una enfermedad es la culpable de ese dolor de cabeza irritante, de tu frecuente insomnio o de tu menor productividad en el trabajo. Pero el estrés puede ser la causa”, detalla Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Es importante consultar al médico para recibir atención profesional e iniciar un tratamiento para manejarlo. Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señala algunos consejos para controlar el estrés:
- Aprender a decir que no es clave para aprender a manejar el estrés, pues en algunas ocasiones el estrés viene de realizar demasiados y compromisos. Es importante aprender a poner límites y rechazar tareas. Sobre esa misma línea es clave alejarse de aquellas situaciones o personas que pueden causar estrés. “Siempre que le sea posible, aléjese de la fuente del estrés. Por ejemplo, si su familia discute en los días festivos, dese un descanso y salga a caminar o a dar una vuelta en el auto”, señala Medline Plus.
- Entender que hay cosas que pueden cambiarse. Algunas situaciones no pueden cambiarse como manejar en horas pico. Lo recomendable es buscar alternativas como escuchar música para evitar o manejar el estrés mientras se experimenta dicha situación.
- Ejercitarse regularmente es una opción para manejar el estrés. “Al hacer ejercicio, su cerebro libera químicos que lo hacen sentir bien. También puede ayudarle con su energía reprimida o su frustración. Busque algo que disfrute, ya sea caminar, montar en bicicleta, jugar softball, nadar o bailar, y hágalo por al menos 30 minutos la mayoría de los días”, detalla la Biblioteca.
- Hacer algo que cause placer. Encontrar actividades que ayuden a disfrutar del tiempo, como leer, escuchar música o ver una película. También se puede salir a algún lugar, ya sea solo o con amigos.
Estrés en niños
La El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) explica que cada niño puede expresar de forma diferente sus emociones frente a situaciones complicadas. Algunos niños puede que no manifiesten síntomas evidentes de estrés, pero que sí lo tengan. Por eso, el fondo indica algunas señales de advertencia para que los padres y cuidadores estén atentos:
Lo más leído
De 0 a 3 años
- Mayor necesidad de estar cerca de los cuidadores
- Regresión del comportamiento
- Cambios en los hábitos alimenticios o del sueño
- Aumento de la irritabilidad
- Aumento de la hiperactividad
- Temores intensos
- Rabietas más frecuentes
- Llantos más frecuentes
De 4 a 6 años
- Necesidad de estar cerca de los adultos
- Regresión del comportamiento
- Cambios en los hábitos alimenticios o del sueño
- Aumento de la irritabilidad
- Dificultades para concentrarse
- Disminución de la actividad o exceso de o actividad
- Pérdida de interés por el juego
- Deseo de asumir papeles de adulto
- Mutismo
- Ansiedad o aumento de la ansiedad
De 7 a 12
- Retraimiento
- Preocupación por otras personas afectadas por un acontecimiento concreto
- Cambios en los patrones de alimentación o del sueño
- Temores exacerbados
- Aumento de la irritabilidad
- Agresividad
- Agitación
- Deterioro de la memoria y la concentración
- Síntomas físicos/psicosomáticos
- Evocación frecuente del suceso o realización de juegos repetitivos
- Sentimiento de culpa
De 13 a 17
- Tristeza intensa
- Preocupación excesiva por los demás
- Sentimiento de vergüenza y culpa
- Mayor cuestionamiento de la autoridad
- Mayor asunción de riesgos
- Agresividad
- Comportamiento autodestructivo
- Sensación de desesperanza
A continuación, señales que no deben pasarse por alto y se debe consultar inmediatamente a un médico para que el niño reciba la atención profesional adecuada:
- Retraimiento, reserva e inmovilidad
- Miedo en presencia de otros
- Mutismo
- Preocupación extrema y constante
- Síntomas físicos de malestar: temblores, dolores de cabeza, pérdida de apetito, tensión y dolor
- Agresividad, voluntad de dañar a otros
- Confusión o desorientación