Vida Moderna
Cuatro ingredientes comunes que disparan la insulina y abren el apetito
Estos alimentos pueden aumentar la probabilidad de afecciones como la diabetes y la obesidad.
Algunos alimentos tienen un alto índice glucémico, como el pan blanco, la mayoría de los cereales para el desayuno, las patatas y el arroz, los cuales producen un aumento en la glucosa en la sangre y la insulina. Por otra parte, los carbohidratos en los alimentos con bajo índice glucémico, como la pasta, frijoles, lentejas y ciertos granos integrales como la cebada, suelen descomponer más lentamente y son los que causan aumentos moderados de la glucosa en la sangre y la insulina.
Por lo anterior, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica los tipos que hay: la diabetes sacarina de tipo 2, que se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, y la sacarina de tipo 1, que se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.
Así las cosas, una persona es diabética puede padecer algunos síntomas y sus niveles de glucosa elevados. Lo más recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno. Se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos de 140 mg/dl dos horas después de cada comida, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.
De esta manera, es importante mantener una buena alimentación porque de lo contrario el organismo podría padecer altos picos de glucosa en sangre que a su vez aumentan el apetito y dan cabida al sobrepeso o la obesidad. Frente a esto, la nutricionista -de Harvard Amy Shah- explica que “muchos alimentos que compramos contienen estos ingredientes alimentarios tóxicos que han sido alterados para provocar más hambre. Secuestran el cerebro para empeorar tus hábitos alimenticios y aumentar el hambre emocional”.
A continuación, el portal web Salud 180 destaca cuatro ingredientes que la nutricionista en mención son los responsables de aumentar el apetito en las personas:
- Glutamato monosódico: este es un aditivo alimentario que se utiliza para potenciar el sabor, ya sea dulce, salado, ácido o amargo. Por lo general, este añade a multitud de alimentos como las patatas fritas, los gusanitos, las croquetas precocinadas, las sopas o cremas procesadas, los productos cárnicos procesados, las salsas o las pastillas de caldo. “El glutamato se relaciona con la diabetes y la obesidad, e incluso se considera una excitotoxina, que puede provocar que las células cerebrales se sobreexciten sin control, lo que podría provocar la muerte celular”, explica el portal en mención.
- Harinas refinadas: en este tipo de harinas se elimina el salvado y el germen, lo que conserven durante más tiempo, pero también se eliminan vitaminas, minerales y fibra dietética. Cuando se elimina la fibra, sobre todo la blanca, elevan rápidamente los niveles de glucosa en sangre, lo que dispara la insulina.
- Azúcar refinado: este ingrediente es el que actúa sobre el organismo de forma muy similar a la harina refinada, lo cual aumenta mucho el nivel de glucosa en la sangre y luego baja en picado al poco tiempo, intensificando la ansiedad de consumir azúcar. Con respecto a esto, la nutricionista aclara que “cuando empiezas a comer azúcar puede ser difícil parar. El azúcar puede hacer que te sientas como si estuvieras bajo los efectos de una droga, ya que crea una chispa de energía en tu cuerpo debido a la liberación de dopamina que produce”.
- Gluten: la nutricionista en mención detalla que una de las razones por las que el pan blanco aumenta el hambre es por su contenido en gluten, una proteína del trigo que está presente en los alimentos procesados. “En algunas personas el gluten puede ser altamente inflamatorio debido a sus propiedades similares al azúcar cuando se refina, y también es un irritante intestinal” acota Shah.