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¡Cuidado en estos meses fríos! Estas son las recomendaciones para las pieles sensibles
Con la llegada de la temporada de lluvias, las temperaturas descienden y la piel se resiente. En el caso de las personas con dermatitis atópica, los daños en la piel pueden ser mayores.
En una entrevista, la dermatóloga Alba Crespo Cruz cuenta que normalmente la piel empeora en esta época invernal del año. Lo hace por varias razones y, sobre todo, cuando se trata de pieles poco hidratadas que suelen presentar dermatitis atópica.
La piel atópica es más sensible a los cambios ambientales como la bajada de temperatura. Por eso, si se empieza a usar calefacción en casa, el ambiente será más seco, lo que tampoco favorece a la piel atópica. Un ambiente con sol, en cambio, puede mejorar. Si bien en exceso es nocivo, pequeñas exposiciones son beneficiosas para la dermatitis atópica.
¿Cómo saber que se tiene piel atópica? Es fácil, según indica la doctora: “La sequedad de la piel y el picor son síntomas de la dermatitis atópica”. Apunta también que la lesión principal es el eczema, que puede estar en distintas fases (agudo, subagudo o crónico), y que se caracteriza por lesiones rojas, más o menos palpables, que pican intensamente y que al principio son más húmedas, pero poco a poco van secándose, engrosándose y descamándose conforme se cronifican.
“La localización más frecuente de los eczemas varía en función de la edad del paciente. En niños mayores de dos años será más común en flexuras o pliegues. No obstante, hay que tener en cuenta que el eczema puede aparecer en cualquier parte del tegumento, incluyendo labios, párpados y manos, zonas muy problemáticas, y que pueden afectar considerablemente a la calidad de vida”, advierte la dermatóloga.
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La clave del cuidado diario
Así con todo, la experta remarca que es necesario que las personas con dermatitis atópica se esfuercen un poco más de lo normal en el cuidado diario de su piel y este sea continuado. Ahora bien, en caso de que aparezca un brote, la dermatóloga subraya que el medicamento más empleado en la mayor parte de los casos es el corticoide tópico, ajustando la potencia del mismo y la forma farmacéutica a las necesidades del paciente.
“Cuando éste no sea suficiente, tenemos un amplio arsenal terapéutico y podemos estar contentos de que en los últimos años ha habido un ‘boom’ de nuevas terapias para pacientes más complicados y muchas más llegarán próximamente”, celebra la doctora Crespo Cruz.
Eso sí, la doctora Crespo señala que, “en todos los casos”, se debe asociar los cuidados básicos de la piel, que indistintamente se realizarán durante las fases de brote y las de mantenimiento. “El único punto controvertido es la aplicación de emoliente. Si es más confortable para el paciente se puede usar el tratamiento tópico en aquellas zonas de eczema agudo y reservar el emoliente para el resto del cuerpo, aunque ya en los últimos años hay en el mercado emolientes que han demostrado su eficacia usándolos combinados con el corticoide tópico directamente sobre los eczemas”, subraya la doctora.
Prevenir brotes
A la hora de prevenir los brotes, la dermatóloga remarca la importancia de mantener una serie de recomendaciones, con el objetivo de espaciarlos en el tiempo o hacer que estos sean más leves: “Actualmente podemos afirmar que cuanto mejor controlemos la patología a edades tempranas, mayor será la posibilidad de remisión cuando el paciente crezca y menos riesgo de desarrollar la marcha atópica, que incluye, además de dermatitis, rinitis alérgica, asma, alergias alimentarias, entre otras afecciones”.
*Con información de Europa Press