Vida Moderna
Cuidado: estas señales indican daños en el hígado por consumo de alcohol
No consumir excesivamente alcohol y hacer ejercicio de manera frecuente contribuyen a la salud de este órgano.
Por lo general, el consumo excesivo de alcohol puede conducir a una acumulación de grasa en el hígado, el órgano encargado de limpiar la sangre y ayuda a la segregación de la bilis. De este modo, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido indica que los síntomas tempranos que puede provocar esta enfermedad hepática, suele estar relacionada con el alcohol.
La enfermedad por hígado graso tiene dos tipos, uno es el no alcohólico que como se indica no tiene ninguna relación con el consumo de estas sustancias nocivas. Pero el hígado graso por alcohol, también conocido como esteatosis hepática alcohólica, suele estar relacionada con un alto consumo de alcohol.
Normalmente, el hígado descompone la mayor parte del alcohol que se consume para que sea eliminado del cuerpo, pero durante el proceso de descomposición se pueden generar sustancias dañinas, que pueden ocasionar daños en las células del hígado, a tal punto de provocar inflamación y debilitar las defensas del cuerpo.
Asimismo, las personas que tienen un daño hepático inducido por el alcohol también puede padecer fatiga, náuseas y diarrea. También puede hacer que la persona se sienta generalmente mal y puede llegar afectar el apetito.
“Tenga cuidado con los vómitos y la coloración amarilla de la piel, que pueden ser una advertencia que podría ocurrir una insuficiencia hepática. El daño hepático continuo hará que el órgano no pueda curarse por sí mismo; en cambio, se desarrolla tejido cicatricial”, señala el portal web Soy Vida.
Señales de enfermedad hepática relacionada con el alcohol
De acuerdo con el portal web Soy Vida, existen algunos síntomas específicos que se pueden presentar y son característicos del hígado graso por el consumo excesivo de alcohol:
- Coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos.
- Hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies, debido a la acumulación de líquidos.
- Ataques de temperatura alta y escalofríos.
- Picazón en la piel.
- Pérdida del cabello
- Uñas inusualmente curvadas.
- Palmas rojas manchadas.
- Pérdida significativa de peso.
- Debilidad y atrofia muscular.
- Vómitos con sangre y heces negras.
- Confusión y problemas de memoria, que pueden dificultar el sueño.
- Mayor sensibilidad al alcohol y las drogas.
- Hemorragias nasales frecuentes y encías ensangrentadas.
¿Cuáles son los tratamientos para el hígado graso?
Según Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señala que para tratar el hígado graso no alcohólico, es importante adoptar algunos cambios en los hábitos de vida, como reducir el consumo de grasas, las cuales provocan inflamación y fibrosis en el hígado. Adicional a ello, los especialistas en salud suelen prescribir algunos medicamentos para tratar la enfermedad.
Ahora bien, para tratar el hígado graso alcohólico, lo primero que se debe hacer es dejar de consumir esta sustancia nociva para la salud. También se pueden recetar distintos medicamentos que ayuden a reducir las ansias de consumir esta bebida y también para regular los síntomas que genera la enfermedad.
Por otra parte, es clave tener en cuenta que sin importar el tipo de hígado graso que se tenga, es fundamental adoptar los siguientes cambios para mejorar la salud del hígado y reducir el impacto de la enfermedad:
- Consumir una dieta saludable, limitando la sal y el azúcar, además de comer muchas frutas, verduras y granos integrales
- Obtener las vacunas contra la hepatitis A y B, la gripe y la enfermedad neumocócica. Por ejemplo, si usted tiene hepatitis A o B junto con hígado graso, es más probable que conduzca a insuficiencia hepática. Por lo general, las personas con enfermedad hepática crónica son más propensas a contraer infecciones, por lo que las otras dos vacunas también son importantes
- Hacer ejercicio con frecuencia, con el fin de ayudar al cuerpo a perder peso y reducir la grasa en el hígado.