Vida Moderna
Cuidado: estos alimentos pueden potenciar la pérdida de la memoria
Mantener una dieta balanceada fortalece la salud del cuerpo en general.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) explica que la pérdida de la memoria se puede presentar en un tiempo corto y/o largo, según sea el caso.
Dentro de las causas de la pérdida de memoria se encuentra la etapa de envejecimiento, que generalmente se relaciona con el deterioro cognitivo. Tal y como lo explica el National Institute on Aging, esto “significa que tienen más problemas de memoria u otros problemas de pensamiento que otras personas de su edad”.
Por esto, la enfermedad que se relaciona con esta pérdida de la memoria es el Alzheimer, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “es la forma más común de demencia y puede contribuir al 60 - 70% de los casos”.
No obstante, esta enfermedad neurodegenerativa no es exclusiva de personas mayores en edad, ni tampoco “es una parte normal del envejecimiento”. De hecho, la Clínica Mayo revela una lista de los posibles factores de riesgo que inciden en el desarrollo de esta afección, tales como:
Tendencias
Genética
Si bien este factor se ve relacionado con los antecedentes familiares, el centro especializado menciona que las probabilidades de que una persona desarrolle Alzheimer recaen sí, quizá su padre, hermano o madre, padecen esta enfermedad.
“Los científicos han encontrado cambios poco frecuentes en tres genes que prácticamente garantizan que una persona que hereda uno de ellos desarrollará la enfermedad de Alzheimer”, explica en una de sus publicaciones.
Ser mujer
Aunque no quiere decir que un hombre no pueda tener alerta o un diagnóstico de Alzheimer, la entidad menciona que es más probable que una mujer lo padezca más que un hombre “porque suelen vivir más que los hombres”, respondiendo esto, a otro factor que es la edad con el que se relaciona esta afección; sin embargo, como se mencionó, la edad avanzada no significa el desarrollo de Alzheimer.
Estilo de vida
Entre tanto, algunas otras enfermedades pueden provocar algunos cambios en el cerebro como la inactividad física, la hipertensión, el colesterol alto LDL, la diabetes tipo 2, e incluso el consumo de alcohol, todos ellos relacionados con hábitos alimenticios. Lo que quiere decir que “llevar una alimentación baja en grasas y rica en frutas y verduras se relacionan con un menor riesgo de tener enfermedad de Alzheimer”, añade la Clínica Mayo.
Por esto, una entrevista de CNBC con la experta que Uma Naidoo, de la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, hace una lista de los alimentos que pueden acelerar la pérdida de la memoria y asimismo aumentar el riesgo de ciertas enfermedades, como:
Edulcorantes
Mundo Deportivo señala que el consumo de estos tipos de azúcar como la sacarosa y/o la estevia, tienen un impacto en la función cognitiva cuando su consumo es recurrente.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) añade que los edulcorantes pueden no ser nutritivos ni tener calorías, como por ejemplo, la sucralosa y/o la acesulfamo K,
Alimentos procesados
El estudio publicado en JAMA Neurología titulado “Asociación entre consumo de alimentos ultraprocesados y deterioro cognitivo”, liderado por las doctoras Natalia Gomes Gonçalves y Naomi Vidal Ferreira, entre otros autores, determinó que el consumo de alimentos ultraprocesados afecta el deterioro cognitivo, esto se concluyó con el estudio de 10.775 participantes durante un seguimiento de 8 años .
Alimentos fritos
Según menciona un estudio de la Universidad de Cambridge, estos alimentos tienen una incidencia en la pérdida de la memoria e incluso en la concentración.
Por esto, el estudio “Dieta mediterránea y sus efectos benéficos en la prevención de la enfermedad de Alzheimer”, liderado por Arnoldo Miranda, Carolina Gómez-Gaete y Sigrid Mennickent, señala que este plan de alimentación reduce el riesgo de la aparición de esta enfermedad, todo porque se observó que quienes vivían cerca del Mar Mediterráneo (en los años setenta) mostraban índices bajos de enfermedades cardiovasculares, por lo que se asoció con la alimentación y su estilo de vida.