Astrofisica
De turismo por la vía láctea
Ahora que los viajes al espacio están de moda, un libro muestra como viajar hasta los limites del universo y de paso enseña lo que no habia comprendido de la astrofisica.
Todos aquellos que han podido salir de viaje a un sitio despoblado y con poca contaminación lumínica han podido ser testigos del espectáculo que brinda la bóveda azul de noche.
Para ello, claro está, hay que inclinar la cara hacia arriba o acostarse al aire libre y ajustar el ojo a la oscuridad. Pronto, en medio de esa nube negra empiezan a brillar los astros que nos acompañan desde hace miles de años y cuya luz hoy solo puede ser un recuerdo de su existencia.
Con ese telón de fondo es posible ver los objetos más familiares: la Luna, algunas estrellas fulgurantes como Sirio y otros planetas que por su tamaño o cercanía son perceptibles a los ojos, como Venus y Júpiter. El sol no está en las noches, pero sus rayos iluminan la luna, que a su vez sirve de candil para culquiera en la Tierra, especialmente cuando está en la fase llena.
Pero es posible viajar mucho más allá. Y esa, precisamente, es la propuesta de Christophe Galfard, físico de la universidad de Cambridge y discípulo del mismísimo Stephen Hawking, el genio de la física que murió hace algunos años. En su reciente libro El universo en tus manos, en el que utiliza un lenguaje sencillo, toma de la mano al lector y lo lleva en un viaje extraordinario a los límites del tiempo y del espacio. Toda una experiencia cósmica imperdible.
Tendencias
Lo hace a través de recorridos mentales por la Luna. También hay paradas en el sol, vistazos a los planetas vecinos, turismo por el cinturón de asteroides, y tránsitos por los confines del sistema solar y por nuestra galaxia, la vía láctea, hasta llegar a las profundidades del universo.
Difícil imaginar lo vasto que es este mundo, y sin que ese sea su motivación, es inevitable la reflexión filosófica de cuán pequeños somos, igual que lo han hecho muchos otros expertos, como Carl Sagan cuando vio la foto que tomó la sonda Voyager en el filo del sistema solar y que lo inspiró a escribir el bello poema Un punto azul pálido.
Vale mucho la pena el paseo por el agujero negro que se encuentra encima de nuestra galaxia y al que el autor llama como “monstruo cósmico”. Sin muchas teorias ni fórmulas, Galfard va enseñándonos a los lectores las ideas de los grandes astrofísicos de nuestro tiempo, como el horizonte de eventos, que le mereció a Hawking todo el respeto de la comunidad científica. Sin casi mencionar la grandiosa fórmula de Albert Einstein, de E=MC2, hace entender todo lo que esta significa y mucho más.
Pero más fascinante aún es el viaje literario al primer muro del fin del universo, a más de 13 millones de años luz de la tierra, donde ya son ciegos los más poderosos telescopios. El lugar a donde nos lleva es a una teoría, la del Big Bang, la del principio del cosmos y con ello da comienzo a las leyes que le dan orden al universo. Qué es la gravedad, sus ondas, el concepto de espacio/tiempo y otras teorías de la astrofísica. Incluso la física cuántica, la que estudia las particulas más pequeñas, se estudian mientras se vuela por los clústeres de galaxias.
El propósito del libro no es solo mostar que los humanos no estamos solos, sino que hacemos parte de algo mucho más grande que, por no verlo, a veces es incomprensible e inimaginable. Pero al igual que lo han hecho los astrofísicos y astronomos desde los griegos hasta el propio Galfard, la idea es tener estas experiencias mentales de ese mundo que esta afuera, oculto, para conocer no solo el espacio exterior, sino ”tocarlo.
Si se deja llevar, si compra este tiquete, con el conocimiento de este experto seguramente tendra una experiencia fuera de este mundo, literalmente, y mucho más enriquecedora que los cinco minutos que proponen los millonarios con su turismo por el espacio.
: