SALUD
Dedos de las manos y los pies fríos: ¿qué enfermedad causa esta afección?
El sexo, la edad, el clima y los antecedentes familiares son factores de riesgo de este padecimiento.
En oportunidades es común tener las manos frías, incluso cuando se está en un ambiente cálido. Cuando una persona tiene frío en las manos puede ser una forma en que el cuerpo intenta controlar la temperatura y no debería ser motivo de preocupación.
Sin embargo, tener las manos frías constantemente, sobre todo con cambios en el color de la piel, podría ser una señal de advertencia de daños en los nervios, problemas de flujo sanguíneo o daños en los tejidos de las manos o los dedos y esto se puede presentar también en los pies.
De acuerdo con información del instituto Mayo Clinic, cuando una persona tiene las manos o los dedos de las manos fríos y estos cambian de color, es importante prestar atención a otros síntomas como los pies o dedos de los pies fríos, entumecimiento u hormigueo, ampollas o piel tirante o endurecida. Cuando esto sucede, algo más complejo puede estar pasando en el organismo.
Por ejemplo, la persona puede estar padeciendo de la enfermedad de Raynaud, la cual causa sensación de adormecimiento y frío en algunas zonas del cuerpo, como los dedos de las manos y de los pies, en respuesta a temperaturas frías o al estrés.
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Cuando se presenta este padecimiento, las arterias pequeñas que irrigan la piel se estrechan y limitan así el flujo de sangre a las zonas afectadas. Los expertos de Mayo Clinic aseguran que las mujeres son más propensas que los hombres a padecerla. Para la mayoría de las personas, esta afección no es incapacitante, pero puede afectar la calidad de vida.
Causas
Información del American College of Rheumatology indica que el fenómeno de Raynaud es causado por vasos sanguíneos demasiado sensibles dentro de los dedos de las manos y los pies.
“Los vasos sanguíneos se estrechan sustancialmente, causando una disminución en el flujo sanguíneo y el cambio de color asociado. La falta de flujo sanguíneo resulta en una decoloración pálida o blanca. Posteriormente, la punta de los dedos puede ponerse azul y eventualmente roja, ya que hay un flujo repentino de sangre después de que el episodio termina”, explica.
La citada fuente indica que para tratar este padecimiento se deben realizar cambios en el estilo de vida como tratar de mantener el cuerpo caliente, específicamente, mantener el centro del cuerpo con una buena temperatura, más que usar guantes para elevar el calor en las manos o medias en los pies. También es clave tratar de controlar los niveles de estrés y dejar de fumar.
Algunos pacientes pueden controlar sus síntomas con solo modificar su estilo de vida. Sin embargo, en otras oportunidades las personas requieren de medicamentos, los cuales deben consumirse con prescripción médica.
Dentro de las opciones están las medicionas formuladas para el manejo de la presión arterial. “Estos medicamentos actúan aumentando el flujo de sangre a los dedos de las manos y de los pies. Para los pacientes con síntomas más graves o que han desarrollado complicaciones, como úlceras en las yemas de los dedos, se debe recurrir al uso de otros medicamentos”, precisa el American College of Rheumatology.
Existen dos tipos de este padecimiento. El Raynaud primario, que es la forma más frecuente y no es el resultado de una afección médica asociada, puede ser muy leve y no requerir tratamiento médico; y el Raynaud secundario, que es causado por un problema oculto. Si bien es menos frecuente, tiende a ser más grave.
Factores de riesgo
En el caso del primario, los factores de riesgo son el sexo, la edad, el clima y los antecedentes familiares. Las mujeres se ven más afectadas que los hombres y a pesar de que cualquier persona puede padecer este trastorno, el fenómeno de Raynaud primario frecuentemente aparece entre los 15 y los 30 años de edad. También se presenta más en personas que viven en climas fríos o cuando algún familiar lo padece.
En el caso del síndrome de Raynaud secundario hay otros aspectos que ocasionan riesgo. Por ejemplo, enfermedades asociadas como el lupus, estrés y la exposición a ciertas sustancias como el cigarrillo.