Vida moderna
¿Dejar de fumar cura los pulmones? Esto es lo que se debe tener en cuenta
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo.
Por lo general. se dice que dejar de fumar reduce el riesgo de diabetes, fomenta un mejor funcionamiento de los vasos sanguíneos y contribuye a la función cardíaca y pulmonar.
Estos deberían ser motivos suficientes para saber que nunca es tarde para abandonar el consumo del tabaco. Cuanto más temprano se deje, menores serán las probabilidades de llegar a tener cáncer y otras enfermedades.
Cabe resaltar que el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo. Las personas que fuman tienen el mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón, aunque el cáncer de pulmón también puede ocurrir en personas que nunca han fumado. Este puede aumentar con la cantidad de cigarrillos y la cantidad de tiempo que la persona haya fumado, según la biblioteca médica Medline Plus.
En concreto, se sabe que dejar de fumar puede llegar a ‘curar los pulmones’, dejándolos incluso sin secuelas cuando pasa cierta cantidad de tiempo. Esto es cierto hasta determinado punto, según explica Norman Edelman, asesor científico senior de la Asociación Americana del Pulmón a LiveScience.
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De acuerdo con Edelman, tan pronto como se inhala el humo del tabaco, cientos de sustancias químicas inflaman e irritan el tejido pulmonar interno, un efecto que puede durar incluso varias horas.
Esto quiere decir que, la mucosidad natural de dicho tejido y el polvo inhalado se vuelven más complicados de limpiar, e incluso se produce un aumento del espesor de dicha mucosidad con el paso del tiempo. Por lo tanto, provoca la tos y la posible obstrucción de determinadas zonas de los pulmones, aumentando el riesgo de sufrir infecciones pulmonares como la enfermedad pulmonar crónica o EPOC.
Ahora bien, la expectativa de vida para los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor del 90 % el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar, según el portal Cancer.Org.
El cuerpo empieza a recuperarse a partir de minutos de haberse fumado el último cigarrillo, señala el portal American Cancer Society:
20 minutos después de abandonar el hábito
- El ritmo cardíaco y la presión sanguínea bajan.
12 horas después de abandonar el hábito
- El nivel de monóxido de carbono en sangre baja al nivel normal.
De 2 semanas a 3 meses después de abandonar el hábito
- La circulación mejora y la función pulmonar aumenta.
De 1 a 9 meses después de abandonar el hábito
- Disminuyen la tos y la dificultad para respirar. Las estructuras parecidas a vellos pequeños que eliminan el moco de los pulmones (los cilios) empiezan a recuperar su función normal en los pulmones, lo que aumenta la capacidad para controlar las mucosidades, limpiar los pulmones y reducir el riesgo de las infecciones.
1 año después de abandonar el hábito
- El riesgo excesivo de cardiopatía coronaria se reduce a la mitad del que tiene una persona que continúa fumando. El riesgo de ataque cardíaco disminuye dramáticamente.
5 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de cáncer de vejiga, boca, garganta y esófago se reduce a la mitad. El riesgo de cáncer de cuello uterino se reduce al nivel de riesgo de una mujer no fumadora.
- El riesgo de accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales) puede reducirse al nivel de una persona no fumadora después de 2 a 5 años.
10 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de morir por cáncer de pulmón es aproximadamente la mitad al de una persona que aún fuma. Disminuye el riesgo de cáncer de laringe (caja sonora de la voz) y de páncreas.
15 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de sufrir una cardiopatía coronaria es igual al de una persona que no fuma.