Salud
Demasiado cansancio, problemas para dormir, y más, son síntomas del síndrome de burnout
Cuando el estrés se vuelve crónico, el deterioro se puede volver algo que afecta la salud mental, física y social.
La salud mental de los trabajadores se está viendo cada vez más afectada debido a los niveles de estrés que se están manejando en las diversas organizaciones, provocando grandes cambios y afectaciones en el desarrollo de la vida misma de las personas.
Es por ello que en el panorama entonces, aparece el llamado síndrome de burnout. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como un estado general de agotamiento físico, emocional y mental generado por situaciones de estrés crónico en el ámbito del trabajo; y lo reconoce como una enfermedad que va a ser incluida en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades.
Vale mencionar que el psicólogo Herbert Freudenberger en 1974 mencionó por primera vez el concepto de Burnout afirmando que era una “sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador”.
Mientras que Pines y Kafry en 1978, aseveraban que era una “experiencia general de agotamiento físico, emocional y actitudinal”. En 1980 Edelwich y Brodsky destacaron que era como “una pérdida progresiva del idealismo, energía, y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de las condiciones de trabajo”.
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“Este síndrome, también llamado ‘síndrome del trabajador quemado’ o del ‘desgaste profesional’, hace referencia a que hay una carga laboral que es excesivamente crónica y se manifiesta con unos agotamientos físicos y mentales por los tiempos largos y prolongados de trabajo, o porque tenemos realmente un nivel de estrés demasiado alto”, explicó Viviana Álvarez, Psicóloga, especialista en Neuropsicología y Decana del programa de Psicología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (Fucs).
Del mismo modo, Álvarez señala que este síndrome genera ansiedad, depresión, irritabilidad, falta de atención y poca capacidad de disfrutar el día a día o actividades no relacionadas con el trabajo. Además, disminuye la productividad, produce desequilibrio emocional, falta de apetito y deseo sexual y diferentes cambios de temperamento que no afectan solo la vida laboral, sino también la vida personal.
Según el DANE, 21 millones de colombianos en el último año dijeron haber trabajado más de 40 horas a la semana. El 85 % de las personas reconoce que los problemas del trabajo han impactado de forma negativa su relación de pareja, con los hijos o con otros familiares cercanos.
No obstante, lo que realmente preocupa a diversas instituciones es la falta de psicólogos clínicos en Colombia frente a la cantidad de pacientes que se remiten a una evaluación de su salud mental, por esta razón son de las pocas universidades que forman a estudiantes en psicología con enfoque clínico y de la salud mitigando la falta de profesionales con este énfasis.
Si bien no todos los seres humanos sienten el estrés de la misma forma, uno de los síntomas más comunes es la falta de sueño o de descanso debido a las labores y cargas diarias, lo que impide mantener una vida sana y activa, generando con el tiempo perjuicios en la salud.
Este síndrome se divide en cuatro etapas, las cuales pueden ser recurrentes en una persona o no, las más comunes son:
1. Deterioro cognitivo
La persona se siente fracasada. En este punto se pierde la ilusión por el trabajo y se percibe una pérdida de capacidad mental para cumplir con las tareas, conforme informa Quirón Prevención. Por ejemplo, si un trabajador estresado debe atender a personas y no alcanza sus objetivos, al final lo que pasará es que culpará a sus usuarios y clientes de su fracaso.
2. Sensación de desgaste
Como resultado del deterioro cognitivo, el trabajador experimenta una sensación de desgaste emocional, ya que intenta cumplir con sus metas y se esfuerza, pero no observa un cambio. Por el contrario, en ocasiones hay agresiones o insultos tanto de los clientes como de los líderes, de acuerdo con SiCielo.
3. Distanciamiento social
En respuesta al sentimiento de fracaso y al desgaste emocional, las personas se aíslan y se distancian de los factores que consideran agresivos, como los compañeros de trabajo, los jefes o los clientes, de acuerdo con Alejandra Apiquian Guitart, coordinadora de psicología laboral de la UAMN.
4. Sentimiento de culpa
Esta es la cuarta fase del burnout y se presenta cuando el trabajador, como resultado de su despersonalización, se culpa por el maltrato que puede darle a los clientes o los compañeros de trabajo. En esta etapa la sensación de culpa cambia, las personas dejan de atribuir su fracaso profesional a los demás y empiezan a culparse de sus errores.
En Doctor Aki la clasifican en 3 niveles:
- Leve: “quejas vagas, cansancio, dificultad para levantarse a la mañana”.
- Moderado: “cinismo, aislamiento, suspicacia, negativismo”.
- Grave: “enlentecimiento, automedicación con psicofármacos, ausentismo, aversión, abuso de alcohol o drogas”.