Salud
Desde la psicología y la neurología: ¿qué hacer para sobrevivir a una tusa amorosa?
La negación es la etapa que sufren las personas que fueron abandonadas y está ligada a pensamientos de frustración e ira contra sí mismos o los demás.
A lo largo de la vida y de las relaciones sentimentales, es normal pasar por periodos de rupturas amorosas. Sin embargo, lo que se debe tener en cuenta ante estos momentos es que la vida no acaba ahí.
Aún cuando se sienta que el mundo se cae encima o que los recuerdos de esa persona solo ocasionan dolor y nostalgia, es importante tratar de entender el proceso por el que se está atravesando y las diversas reacciones físicas y psicológicas que se desencadenan ante este complejo estado emocional.
Leonardo Palacios, médico neurólogo adscrito a Colsanitas, menciona que “cuando sucede una ruptura amorosa se activan algunas áreas del cerebro a causa del choque emocional, específicamente la corteza cingulada anterior, que tiene la función de procesar información relacionada con el dolor. Durante una pérdida, esta parte del cerebro interpreta esas emociones negativas y las convierte en dolor físico, que puede ser muy similar al que se experimenta durante una fractura”.
Lo que explica del doctor Palacios se da principalmente porque, durante la ruptura amorosa, las hormonas que intervienen en las etapas de enamoramiento disminuyen y el cortisol, conocido como la hormona del estrés, aumenta, lo que ocasiona que la persona sienta malestar.
En lo que tiene que ver con el frente psicológico, existe una fuerte similitud entre el duelo por el fallecimiento y una tusa, debido a que se experimenta la pérdida de alguien importante. Por ello, se entra en una etapa de duelo que se afronta desde diferentes fases que no son lineales y pueden variar dependiendo de cada persona.
De acuerdo con el doctor Palacios, el proceso de una tusa puede durar entre uno y seis meses, aunque no se trata de una regla general. El cerebro, durante el tiempo que dure el duelo por la ruptura amorosa, buscará sus propios mecanismos para lograr nuevamente su balance emocional.
Sin embargo, cuando los sentimientos o pensamientos negativos se prolongan por mucho tiempo impiden la realización de actividades diarias, generan una incapacidad para salir y rehacer la vida social. Por eso es recomendable buscar ayuda, pues como enfatiza la psicoterapeuta Zapateiro, “es necesario tener cuidado con un duelo mal manejado, pues podría desencadenar en trastornos depresivos o del apego, que generalmente impiden establecer nuevas relaciones”.
En ese sentido, para superar una tusa algunas de las recomendaciones de expertos son las siguientes:
Mantener la distancia: Es fundamental tratar de entender que la relación se terminó y evitar el contacto físico o a través de cualquier medio con la expareja. Esto permitirá tener un tiempo para reflexionar sobre lo que ocurrió y abstenerse de sentir dolor innecesario que resulta de las posibles confrontaciones que se puedan reabrir discusiones.
Ser amable con usted mismo: Aunque sea difícil, intentar manejar los sentimientos durante el duelo. Regalarse la oportunidad de sentir y evitar hábitos que no lo permitan, como beber en exceso, consumir drogas, salir con alguien más, entre otros. Al final, estas conductas solo perjudicarán la salud física y mental.
Continuar con su vida: A lo largo de un proceso de restauración, lo vivido con una expareja debe quedar solo en recuerdos y en el pasado. Cuando las personas se sientan preparadas para seguir adelante, una buena terapia puede ser deshacerse de los objetos que traigan recuerdos. Asimismo, realizar un balance de esa relación y reconocer lo bueno, pero también lo malo.
Regalarse un momento para pensar lo que gustaría de una futura relación y cuáles serían los límites o esas cosas que no se deben negociar nuevamente. Por último, replantearse metas y, cuando se pueda hablar de esta ‘tusa’ sin sentir dolor o sentimientos negativos, seguramente será un momento ideal para retomar las citas y salir con otras personas.