Vida Moderna
Deseo sexual: causas y formas de recuperarlo si se ha perdido
En ese aspecto del ser humano, pueden influir muchos factores tanto externos como internos.
El deseo sexual es también llamado ‘líbido’ y así como puede estar presente en gran manera en el cuerpo, puede llegar a ausentarse por diversos factores, como temas de salud, emocionales, e incluso temas de salud mental, pueden afectar el mismo.
También influyen los hábitos de vida que se tengan, la alimentación, y hasta la misma frecuencia con la que se practiquen las relaciones sexuales, pues al tenerlas con frecuencia, este puede acrecentarse, generando y propiciando más encuentros sexuales. Es importante decir, que la comunicación correcta con la pareja, también puede contribuir.
Según Mayo Clinic, “muchas enfermedades no sexuales pueden afectar el deseo sexual, como la artritis, el cáncer, la diabetes, la presión arterial alta, la enfermedad de las arterias coronarias y las enfermedades neurológicas”.
Fisiológicamente hablando, se habla del “síndrome de déficit de testosterona, donde la disminución de esta hormona puede afectar a nuestra libido y percepción del deseo. La disminución del mismo puede tener que ver con el cansancio personal, la falta de tiempo propio para poder mimarse y relajarse, el estrés, la ansiedad.”, según la sexóloga Silvia C. Carpallo.
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“Es por ello, que cuando una pareja llega a consulta con un problema que creen que deben de resolver en la cama, lo primero que se recomiendan son deberes para hacer fuera de ella. Por ejemplo, ponerse en el lugar del otro, compartir más aficiones de ocio que nos hagan reencontrarnos, mejorar las técnicas de comunicación o limar las asperezas del reparto de tareas domésticas”, agregó.
“Si para una vida sana hay que tener una dieta variada y equilibrada, para una sexualidad sana, variar el menú será también clave para no perder el apetito”, pues, según Carpallo, si el sexo en la pareja falta por alguna razón, esto puede verse reflejado en la autoestima, e incluso en la alimentación.
Asimismo, cita el ejemplo de Japón, en “donde cada vez hay más casos de asexualidad dentro de las parejas, es decir, parejas que han abandonado su vida sexual en común, y que incluso recurren a la fecundación in vitro para tener hijos solo por no pasar por la presión del encuentro sexual, se da el paradigma de que han aumentado los modelos y las ventas de juguetes eróticos para vivir el sexo en solitario”.
O sea, “lo que faltan son ganas de compartirse con otra persona, no las ganas de tener sexo en sí mismas. En cambio, en períodos de mayor ansiedad o agotamiento, es probable que no exista apetito de ningún tipo, ya que estaremos desconectados de nuestra sexualidad individual”, añadió.
De otro lado, cuando el deseo está muy activo, se produce la excitación en el cuerpo, generando erecciones en el hombre y lubricación y expansión en la vagina de la mujer, esto se produce como resultado del deseo sexual, que puede provocar la autoestimulación o a la pareja.
También cuando se tienen “fantasías o pensamientos sexuales, o cuando lees, miras o escuchas materiales eróticos. La excitación también puede pasar cuando te tocas, o alguien toca, algunas partes de tu cuerpo que son muy sensibles (también llamadas zonas erógenas). Sin embargo, no todas las personas se sienten excitadas sexualmente cuando se tocan o las tocan”, según Planned Parenthood.