Desgaste de rodilla: el método natural para reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea

El funcionamiento del cuerpo es fascinante. Componentes diminutos y sustancias imperceptibles logran cooperar en aquello más visible o sensible, como caminar o generar determinada reacción. Entre la cantidad de partes que funcionan en esta estructura está la rodilla, que es la articulación central de los miembros inferiores.

“Está formada por la unión de dos huesos muy importantes: el fémur y la tibia, en la porción proximal, y une el muslo y la pierna. En su interior tiene un pequeño hueso, la rótula, que se articula con la porción anterior e inferior del fémur, así como dos discos de fibrocartílago, los meniscos. Asimismo, está envuelta por una cápsula articular y ligamentos, lo que le da estabilidad”, detalla el doctor Antonio Calderón Arnedo.

Ahora, para aliviar la molestia con las rodillas, el portal Artikulär Clínica de Rodilla y Pie, señala cinco acciones.

1. Generar un ecosistema saludable

Se parte de prevenir y para ello recomiendan hacer ejercicio físico, tomar bastante líquido y evitar el sobrepeso. “La carga excesiva sobre las rodillas es uno de los principales factores que contribuyen al desgaste articular”, indican en el portal mexicano.

2. Realizar estiramientos

Los estiramientos son trascendentales para prevenir daños en la rodilla. Recomiendan como mínimo 10 minutos para calentar y estirar.

3. Aplicar terapias de frío y calor

El frío es bueno para reducir la inflamación de la rodilla; el calor, para mejorar la circulación sanguínea y mejorar el índice de cicatrización de los tejidos involucrados. “Puedes utilizar hielo o un trapo remojado en agua caliente según sea el caso. Hazlo durante intervalos de 3 o 5 minutos hasta por media hora al día y notarás los resultados en poco tiempo”, aconsejan.

4. Alimentarse bien

Una dieta adecuada a los requerimientos del cuerpo sirve para mantener un peso saludable. Pero pensando en la falencia de la rodilla, recomiendan, incorporar alimentos que ayuden a los cartílagos.

Es clave tener en cuenta los tres los compuestos fundamentales para ayudarla.

• Lisina: proteínas animales, el queso y los frutos secos.
• Colágeno: huesos y gelatinas.
• Ácido hialurónico: hígado de bacalao, atún, pavo, entre otros.

5. Seguir un tratamiento médico

Cuando el problema es el cartílago de rodilla desgastado, es más prudente tener una asesoría médica. Ello porque se necesitará una radiografía que indique con exactitud el estado de los componentes y porque de ahí seguramente surgirá el inicio de un tratamiento que puede incluir inyecciones de medicamentos, analgésicos, fisioterapia, entre otros.

Ejercicios para aliviar el dolor de rodilla

Cuando se presenta dolor en esta parte, es posible recurrir a una serie de ejercicios que ayudan a aliviarlo. Estos son algunos de los recomendados.

1. Elevación de pierna estirada. Para realizarlo, la persona se acuesta sobre la espalda en la cama con una pierna estirada y la otra flexionada, con el pie sobre la superficie. Manteniendo la pierna estirada, se levanta unos 15 centímetros y se conserva la posición entre tres y cinco segundos. Luego se efectúa el ejercicio con la otra pierna y se ejecutan varias repeticiones con cada una, según información de AARP, asociación estadounidense que atiende a personas mayores de 50 años.

2. Caminar. Esta es una de las actividades más saludables, según afirma un estudio publicado en la Revista Costarricense de Salud Pública y citado por la revista Mejor con Salud. Se trata de una actividad que no compromete los límites cardíacos ni arriesga las articulaciones de los pies, la rodilla o la cadera.

3. Flexión de piernas. Pararse frente al respaldo de una silla para sostenerse. Se flexiona la rodilla y se levanta el talón hacia el glúteo. Lo ideal es mantener la posición mientras se cuenta hasta tres. Lentamente, se baja el talón hasta el suelo y se repite con la otra pierna y así en varias ocasiones.

4. Sentadilla con soporte. Se para frente al respaldo de una silla para sostenerse. Con los pies separados a la distancia de los hombros, se flexionan las rodillas y se realiza el ejercicio como si la persona se fuera a sentar, agachándose hasta una altura cómoda y manteniendo siempre el peso del cuerpo sobre los talones. Lo aconsejable es utilizar solo las piernas y no usar los brazos para elevar o bajar el cuerpo, de acuerdo con información del portal de salud Vida Lúcida.

5. El puente. Acostado boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies en el piso, se contraen los músculos abdominales y del suelo pélvico. Se empujan los pies contra el suelo y se elevan las caderas unos centímetros del piso. Se mantienen los omóplatos en contacto con la superficie de apoyo y se contraen los glúteos a medida que se bajan lentamente las caderas. Se realizan varias repeticiones.