VIDA MODERNA
Día 7 de la novena de aguinaldos: lea aquí las oraciones y cantos para el 22 de diciembre
Desde la Arquidiócesis de Bogotá comparten las oraciones y los gozos de esta arraigada tradición colombiana: estas son las reflexiones para este martes.
La Novena de Navidad es una tradición que se hace desde hace cientos de años con el fin de reunir a familiares y amigos en la oración y el canto. Por esta razón, compartimos las oraciones de la Arquidiócesis de Bogotá para rezar este séptimo día de novena.
Oración para todos los días
Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen, naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio. Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplicamos que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hicieran esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícanos algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardaste, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se reza tres veces el Avemaría)
Oración a San José
¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias damos a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te rogamos, por el amor que tuviste al Divino Niño, nos abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina Esencia le veamos y le gocemos en el cielo. Amén. (Se reza tres veces el Padrenuestro)
Oración al Niño Jesús
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Tí, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a presentarte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y responderás favorablemente nuestra súplica. Amén. (Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo)
Gozos: Aspiraciones para la llegada del Niño Dios
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado, ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
1 ¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!
2 ¡Oh Adonaí potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah! ven prontamente para rescatarnos, y que un Niño débil muestre fuerte brazo!
3 ¡Oh raíz sagrada de Jesé, que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles, bella flor del campo!
4 ¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas de regio palacio! ¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!
5 ¡Oh lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios!
6 ¡Espejo sin mancha, Santo de los santos, sin igual imagen del Dios Soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y, en forma de Niño, da al mísero amparo!
7 ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
Oración para el séptimo día de Novena: Proclamar humildemente la misericordia de Dios
Luego de ser testigo de varios hechos y signos de la presencia de Dios, María proclamó y confesó que Dios auxilia a Israel su siervo, conforme a la memoria de una promesa que señalaba un pacto y una ruta para salvar al pueblo.
Dios hace promesas que tienen feliz cumplimiento, gracias a que no olvida lo pactado, haciendo que la esperanza dé su fruto para los hombres. Sin duda, la condición para que la esperanza brote y florezca es la memoria de la historia, de lo que Dios ha ido realizando en nuestras vidas como expresión de su fidelidad y de su misericordia. La memoria agradecida de lo que Dios ha obrado ya en la vida de cada uno y en la historia de la humanidad, fundamenta la esperanza de que Dios se mantendrá siempre fiel a sus designios de salvación para nosotros. Él no nos abandonará.
Esta memoria se encuentra en el Magníficat, convertida en un canto de alabanza a Dios. Nos hace mucho bien, en medio de los días difíciles que estamos viviendo, hacer memoria de la fidelidad de Dios y dejar que la alabanza brote sencilla en nuestros corazones ante el pesebre de Belén con el cántico de los villancicos.
Hagamos también memoria agradecida de la fidelidad y la constancia de las personas que nos aman, y seamos a imagen de Dios, fieles a nuestras promesas.