Vida Moderna
Día Mundial contra la Hepatitis: ¿qué es, cómo prevenir y tratar esta enfermedad?
La hepatitis puede ser una infección aguda (a corto plazo) o crónica (a largo plazo).
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar numerosos problemas de salud. Así mismo, advierte que la enfermedad puede ser mortal.
“Las cinco cepas principales del virus de la hepatitis son las de los tipos A, B, C, D, y E. Si bien todas ellas causan enfermedad hepática, se diferencias en aspectos importantes, sobre todo en los modos de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención”, reseña la OMS.
Puntualmente, la hepatitis tipo A y C provoca una enfermedad crónica, es decir, a largo plazo. En consecuencia, está asociada con defunciones relacionadas con cirrosis hepática, cáncer y hepatitis viral. La OMS estima que, en todo el mundo, 325 millones de personas sufren hepatitis B y/o C, “y para la mayoría de ellas las pruebas y el tratamiento siguen siendo inaccesibles”.
De hecho, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que la enfermedad por hepatitis es responsable de altos niveles de morbilidad y mortalidad en todo el mundo.
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“Se estima que el 57 % de los casos de cirrosis hepática y el 78 % de los casos de cáncer primario de hígado son causados por los virus de la hepatitis B y C”, anota la OPS.
El 28 de julio se fijó como el Día Mundial contra la Hepatitis, por lo que representa una fecha oportuna para retomar la importancia de la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
¿Cuáles son los tipos de hepatitis?
De acuerdo con el portal especializado en salud Medline Plus, existen diferentes tipos de hepatitis y corresponden a múltiples causas. Por ejemplo, la hepatitis viral es la más común y es causada por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E.
El consumo excesivo de alcohol es asociado con la hepatitis alcohólica, es decir, una inflamación del hígado propiciada por la ingesta de bebidas alcohólicas.
Sin embargo, Mayo Clinic anota que la relación entre el consumo de alcohol y la hepatitis alcohólica “es compleja”, pues no todas las personas que ingieren alcohol excesivamente desarrollan la enfermedad, por lo que también puede presentarse en aquellos que beben con moderación. En todo caso, la recomendación básica consiste en evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y acudir al médico ante cualquier situación sospechosa.
Otro tipo de hepatitis es la tóxica. Su causa directa corresponde a ciertos venenos, productos químicos, medicamentos o suplementos, según reseña Medline Plus. Finalmente, menciona la hepatitis autoinmune, la cual es un tipo de enfermedad crónica en la que el sistema inmunitario ataca el hígado.
¿Cómo se transmite?
Generalmente, la hepatitis A y E se transmiten a través del contacto con alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada. De igual manera, también puede se contraer hepatitis E al comer carne de cerdo, ciervo o mariscos que no estén bien cocidos.
Por su parte, “la hepatitis B, C y D se transmiten a través del contacto con la sangre de una persona con la enfermedad. La hepatitis B y D también se pueden propagar a través del contacto con otros fluidos corporales. Esto puede suceder de muchas maneras, como compartir agujas de drogas o tener relaciones sexuales sin protección”, explica Medline Plus.
Síntomas de la hepatitis
Algunas personas con hepatitis no presentan síntomas, por lo que no se dan cuenta de que están infectadas. No obstante, en caso de que los haya, suelen incluir fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea y/o vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces de color arcilla, dolor en las articulaciones, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Si alguno de estos síntomas se presenta, es recomendable acudir a un especialista médico para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado.
¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis?
Las opciones de tratamiento varían de acuerdo con el tipo de hepatitis que se tenga y si es aguda o crónica. El cuidado básico implica descansar y mantenerse hidratado, sin embargo, es clave contar con la supervisión médica.
En casos avanzados de hepatitis crónica donde se presente insuficiencia hepática o cáncer de hígado, es posible que se requiera de un trasplante.
¿Se puede prevenir?
Según destaca el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, existen manera de prevenir o reducir el riesgo de padecer hepatitis.
Por ejemplo, la hepatitis A y la hepatitis B cuentan con una vacuna para prevenir la enfermedad. Respecto a la hepatitis alcohólica, la mejor herramienta consiste en reducir sustancialmente la ingesta de alcohol. No obstante, en el caso de hepatitis autoinmune, esta no se puede prevenir.