CÁNCER
Cómo sobrevivir al cáncer de pulmón
Gracias a los avances científicos, en la actualidad esta enfermedad pasó de ser letal para convertirse en crónica. En el Día Mundial del Cáncer de Pulmón, Semana.com le cuenta el caso de un sobreviviente de este tipo de tumor, uno de los más letales.
Roque Abudinen es un barranquillero que fue diagnosticado con cáncer de pulmón hace un par de años. Su tumor, como en la mayoría de los casos de este tipo de neoplasia, se descubrió cuando ya presentaba un estado avanzado. Para el hombre, la remoción con cirugía ya no era opción y debía someterse al tratamiento tradicional de quimio y radioterapia. Sin embargo, Roque tuvo el privilegio de acceder a una prueba genómica se su tumor que provee Foundation Medicine; esta le podría dar la información genética de su tumor y decirle cuál debía ser el tratamiento correcto para su cáncer. Gracias a esto y al acompañamiento de su oncólogo, hoy en día el hombre tiene un buen estado de salud y su enfermedad ha sido controlada. Esta es su historia:
“Todo empezó un día un día que tosí y boté un punto de sangre. Estaba con un familiar y le comenté lo que me había sucedido. Él me dijo que eso era una venita, un vasito y no le paré bolas, hasta que al día siguiente apareció el mismo puntico de sangre. De inmediato consulté al neumólogo en Barranquilla y me dijo que debíamos hacer un tac. Lo hicimos y se vio algo extraño, entonces me hicieron una biopsia que finalmente mostró que yo tenía un cáncer. El médico me recomendó ir a Bogotá para tratarme. Acudí al doctor Andrés Cardona, con quien estoy eternamente agradecido porque la vida que tengo es gracias a Dios y a él. Desde ese momento, el doctor Cardona se hizo cargo de todo y yo hacía todo lo que él me decía y me pedía al pié de la letra.
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Yo empecé a fumar a los 14 años. Me fumaba de cuatro a cinco paquetes de cigarrillos diarios. Duré 48 años en eso; a donde iba me dejaban fumar y lo que eso provocó fue un perjuicio muy grande para mi. Mientras estaba en el tratamiento con el doctor Cardona, pasé de fumarme 100 cigarrillos al día a dos o tres, pero yo ya tenía prohibido tocar el cigarrillo, entonces volví a recaer en el cáncer. Desde ese momento, hace un año acá, ya no fumo y sigo con vida”.
La supervivencia de Roque fue posible gracias al acompañamiento de su oncólogo, el médico Andrés Cardona, quien lo remitió a Foundation Medicine, una compañía de información molecular fundada en 2010 por científicos de la Universidad de Harvard y MIT, que desarrolló una prueba que analiza la información genética de los tumores cancerígenos. El estudio ya está disponible en Colombia hace unos tres meses. Así lo cuenta Cardona.
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“Yo hago medicina privada y eso tiene la ventaja de que puedo hacer solicitudes de tratamientos del tipo de Foundation. A Roque le hicimos la prueba hace dos años y el resultado tuvo la virtud de podernos mostrar muy de fondo la enfermedad. Gracias a esa información pudimos hacer un plan de tratamiento. Al principio, la prueba no nos sirvió para contextualizar si había medicamentos nuevos que nos permitieran tomar decisiones diferentes a la quimioterapia y radioterapia. Por eso, lo que se le ofreció en ese momento fue la quimio y la radio. Al momento en que la enfermedad volvió a aparecer, la información del mapa fue increíblemente útil porque el peso de su tumor era gigante. Lo que más suma peso por genes alterados en el contexto de cáncer de pulmón, es el tabaco. Los 100 cigarrillos que se fumaba Roque durante 48 años, le dieron un peso muy grande en su tumor. Cuando pusimos ese peso de genes alterados sobre la báscula, salió increíblemente alto.
¿Qué hemos descubierto? que si yo tengo ese contexto, los pacientes responden impresionantemente bien a la terapia inmune, que es un nuevo modelo de tratamiento. En el caso de Roque, pusimos inmunoterapia y la respuesta a la enfermedad ha sido extraordinaria, tanto que del estado de la patología que teníamos en este momento no hay enfermedad residual, o sea no se ve nada. Eso indica que hay un porcentaje de pacientes, en ese contexto, que tienen la posibilidad de curarse de la enfermedad. ¿Para qué sirvió prueba? Dos años atrás me permitió ver el futuro de lo que iba a pasar con la enfermedad de Roque y tomar la mejor decisión en contexto. En este caso fue el uso de inmunoterapia”.
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