SALUD
A consentir al corazón
Este 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una celebración para recordar que las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en el mundo aunque buena parte de ellas son prevenibles con estilos de vida saludables.
A pesar de la infinidad de campañas de concientización para promover el ejercicio, una dieta balanceada y una vida sin tabaco, que son las claves de la prevención las enfermedades del corazón, las cifras de las enfermedades cardiovasculares son altas: son las causantes del 31 por ciento de las muertes en el mundo, lo que significa que 17.5 millones de personas fallecen por esta causa y que cada 20 o 30 segundos muere una persona en el mundo por infarto.
En Colombia, las dolencias del corazón también son la principal causa de muerte. Según cifras del Ministerio de Salud, en el país mueren a diario alrededor de 150 personas por infartos. Una situación que podría cambiar si las personas tuvieran más conciencia de las consecuencias de llevar malos hábitos alimentarios, no cuidar la tensión arterial, tener el colesterol alto, una vida sedentaria, obesidad o incluso no manejar los altos niveles de estrés.
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Las enfermedades cardíacas más comunes son el infarto al miocardio, la angina de pecho, la fibrilación auricular, las arritmias y la insuficiencia cardiaca. Pero, de todas esas la más letal es la ateroesclerosis, que es el depósito anormal de colesterol y células en las paredes de las arterias del corazón y del resto del organismo. Esta condición se caracteriza por no presentar síntomas sino hasta los 50 o 60 años.
Dario Echeverry, cardiólogo y director del Programa de Prevención Cardiovascular de la Fundación Cardioinfantil explica que la ateroesclerosis ya no es una enfermedad exclusiva del adulto, pues se ha demostrado por autopsias de niños y adolescentes que mueren por otras causas, la existencia de esta enfermedad en sus arterias en fases tempranas. “Por ello, es necesario empezar a desarrollar planes de prevención que generen hábitos adecuados desde la infancia para así controlar factores de riesgo que ayuden a reducir la mortalidad por problemas cardiovasculares”, dice.
Para prevenir la enfermedad ateroesclerótica, así como la mayoría de cardiopatías, se deben seguir sencillas recomendaciones como controlar el colesterol, reducir el consumo de sal y azúcar, tener una dieta balanceada que incluya proteínas, carbohidratos, grasas, agua, vitaminas y minerales; mantener un peso ideal, no fumar y hacer por lo menos 150 minutos de ejercicio a la semana. Además, “si hay familiares que sufrieron enfermedad coronaria temprana, es decir el padre antes de los 55 y la madre antes de los 60, y adicionalmente tiene algún factor de riesgo, debe consultar a un especialista y no esperar hasta presentar algún síntoma”, explica Echeverry.
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La historia de las enfermedades del corazón, que son generalmente silenciosas, se puede cambiar si desde edades tempranas se inculca la importancia de cuidar este músculo, tal vez el más importante del organismo, y se asume la responsabilidad de llevar una vida con hábitos saludables.