Vida moderna
Diabetes: ¿cómo afecta la salud mental?
Es importante tener acompañamiento psicológico.
La diabetes es una enfermedad que puede afectar de diferentes formas la salud física si no se sigue un tratamiento médico. Asimismo, puede afectar la salud mental de los pacientes.
“Las personas con diabetes tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de presentar depresión que las personas sin diabetes. Solamente entre el 25 y el 50 % de las personas con diabetes que tienen depresión reciben el diagnóstico y tratamiento. El tratamiento —ya sea terapia, medicamentos o ambos— es habitualmente muy eficaz. Y, sin tratamiento, la depresión suele empeorar, no mejorar”, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Es importante tener en cuenta que la depresión no implica solo sentirse triste. Además, lo recomendable es buscar ayuda profesional psicológica para trabajar en ello, pues esta es una de las causas del suicidio en el mundo.
“Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave. Puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan más de 700.000 personas. El suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años”, indica la Organización Mundial de la Salud.
Los síntomas de depresión, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, incluyen los siguientes:
- Sentimiento de tristeza.
- Ganas de llorar.
- Arrebatos, irritabilidad por asuntos irrelevantes.
- Frustración.
- Pérdida de interés por actividades habituales.
- Insomnio o dormir demasiado.
- Cansancio y falta de energía.
- Falta de apetito.
- Aumento de peso.
- Ansiedad, inquietud.
- Sentimientos de culpa o inutilidad.
- Fijación en momentos o fracasos del pasado.
- Problemas para pensar, concentrarse y tomar decisiones.
- Pensamientos frecuentes sobre la muerte o intentos de suicidio.
- Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
- Problemas físicos sin explicación alguna.
También es importante tener mucho cuidado con el estrés, ya que este puede incrementar los niveles de glucosa.
“Si está estresado, es probable que se cuide menos de lo habitual. También pueden verse afectados sus niveles de azúcar en la sangre porque las hormonas del estrés hacen que estos suban y bajen de manera impredecible, y el estrés de estar enfermo o lesionado puede hacer que suban. Estar estresado por mucho tiempo puede causar o empeorar otros problemas de salud”.
Además de contribuir a la diabetes, el estrés puede causar otras afecciones como hipertensión, afecciones cardíacas, etc. Los síntomas que pueden advertir sobre estrés son los siguientes:
- Dolor de cabeza, el cual puede manifestarse con ansiedad. En cuanto al comportamiento se puede comer comida en exceso.
- Tensión o dolor muscular, que puede presentarse con inquietud y arrebatos de ira.
- Dolor en el pecho, falta de motivación o enfoque. Esto puede estar acompañado de comportamientos como drogadicción o alcoholismo.
- Tener fatiga y sentirse abrumado. También puede manifestarse con consumo de tabaco.
- Cambio en el deseo sexual e irritabilidad o enojo. Puede presentarse con aislamiento social.
- Malestar estomacal, tristeza o depresión. Práctica de ejercicio con menos frecuencia.
- Problemas de sueño.
Diabetes
En las personas que tiene diabetes, su cuerpo no produce la cantidad suficiente de insulina o no la utiliza correctamente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades explican lo que sucede: “Cuando no hay suficiente insulina o las células dejan de responder a la insulina, queda demasiada azúcar en el torrente sanguíneo y, con el tiempo, esto puede causar problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones”.
Según la Organización Mundial de la Salud, las cifras sobre diabetes cada vez son más preocupantes, el número de personas con esta enfermedad “pasó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. La prevalencia de esta enfermedad ha venido aumentando más rápidamente en los países de renta baja y de renta mediana que en los de renta elevada”.
Es importante tener un estilo de vida que contribuya a la prevención de esta enfermedad, pues es una causa importante de ceguera, accidente cerebrovascular y amputación de miembros inferiores. Para quienes ya fueron diagnosticados con esta enfermedad, lo recomendable es seguir al pie de la letra las instrucciones brindadas por el médico.