Vida Moderna
Diabetes: seis señales que pueden demostrar resistencia a la insulina
La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa en la sangre entre a las células de los músculos, grasa e hígado, donde se usa para obtener energía.
La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales que es parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.
Como resultado, el páncreas produce más insulina para ayudar a que la glucosa entre a las células. Mientras el páncreas pueda producir suficiente insulina para superar la débil respuesta de las células a la insulina, los niveles de glucosa en la sangre se mantendrán en un rango saludable.
Además, según el portal educativo KidsHealth las personas con resistencia a la insulina pueden tener:
- Un alto índice de masa corporal (IMC) y una cintura muy ancha;
- Una alta concentración de azúcar en sangre;
- Acantosis nigricans, o acantosis pigmentaria, un oscurecimiento de la piel en pliegues y arrugas, como en el cuello y en las axilas.
Otros problemas médicos asociados a la resistencia a la insulina y a la obesidad son los siguientes:
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- Hígado graso (exceso de gasa en el hígado);
- Síndrome de ovario poliquístico, en que las chicas tienen menstruaciones muy copiosas o irregulares, o hasta pueden no tener la menstruación;
- Tensión arterial alta (hipertensión);
- Apnea obstructiva del sueño.
De igual forma, la revista digital de nutrición y salud funcional, Viva Mi Salud reveló seis señales que pueden demostrar resistencia a la insulina:
1. Sentir hambre todo el tiempo, incluso después de comer.
2. Tener antojos constantes por alimentos dulces.
3. Experimentar fatiga después de las comidas.
4. Acumular mucha grasa a nivel abdominal.
5. Tener dificultad para conciliar el sueño.
6. Levantarse en las mañanas con sensación de cansancio.
¿Cómo puedo prevenir o revertir la resistencia a la insulina?
1. Bajar de peso: El Ministerio de Salud explica en su página web que para saber si una persona está en un peso saludable existen algunos métodos confiables. Uno es la determinación del índice de masa corporal (IMC), que describe la relación entre peso y estatura. Por ende, reveló que para calcular el IMC se necesita conocer el peso y la estatura, y se aplica una sencilla fórmula matemática que consiste en dividir el peso entre la estatura al cuadrado: IMC = Peso (Kg) / Estatura al cuadrado (Mt).
Ejemplo: Una persona pesa 64 Kg y mide 1,5 metros, entonces: 64/1,5 x 1,5 = 28,44. Este dato indica el IMC de la persona (28,44) se encuentra en los valores correspondientes a sobrepeso.
Por ende, si se tiene sobrepeso para bajar de peso se recomienda realizar actividad física y las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
2. Tener una alimentación balanceada y saludable: De acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, hay cinco grupos básicos principales de alimentos que conforman una dieta saludable:
- Granos: procurar que al menos la mitad de los granos sean integrales.
- Verduras: procurar que la mitad del plato sea de verduras.
- Frutas: pueden ser frescas, enlatadas, congeladas o secas.
- Productos lácteos: elegir alimentos bajos en grasa o desnatados.
- Proteínas: Los alimentos de proteínas incluyen carne de res, carne de aves, mariscos, frijoles y arvejas, huevos, productos de soya procesados, nueces y mantequillas de nueces, y semillas.
No obstante, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona