Vida Moderna

Dieta antiedad: alimentos que ayudan a producir colágeno y rejuvenecer la piel

A partir de los 25 años, el organismo disminuye la producción de colágeno.

4 de enero de 2022
Coloridas verduras y frutas comida vegana en disposición de colores del arco iris dejando espacio de copia aislado en blanco
El exceso de azúcar y los carbohidratos refinados pueden causar inflamación en el organismo y deteriorar el colágeno en el cuerpo. | Foto: Getty Images

El colágeno es una sustancia que aporta grandes beneficios al organismo y está presente en la piel, los huesos, los ligamentos, los tendones y cartílagos, proporcionándoles resistencia y elasticidad, además de resultar imprescindible para los músculos y los órganos, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.

Asimismo, en su portal web explicó que el colágeno es la sustancia principal que otorga elasticidad a la piel previniendo la aparición de arrugas.

De hecho, la doctora Lorea Bagazgoitia, en su libro Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel, explica que a medida que el tiempo avanza, a partir de los 25 años el organismo disminuye la producción de colágeno, generando efectos colaterales en la piel, como la disminución del brillo e hidratación natural.

Por ende, entre los alimentos que más se recomiendan para mejorar la producción del colágeno se mencionan el pescado, los huevos, verduras y carnes rojas, al igual que otros que contengan omega 3.

De igual manera, la técnico nutricionista de Verleal Paloma Azcona, le reveló al diario español El Mundo una dieta con varias claves que ayudan a producir colágeno y rejuvenecer la piel:

1. No comer en exceso, sin hambre ni por estrés.

2. Comer preferiblemente verduras como el brócoli, las arvejas, los pimentones, los espárragos verdes o alcachofas.

3. Comer carne y pescado a la planta y no cocinados con salsas y mejor elegir pescado.

4. Evitar los fritos y grasas.

5. Comer quesos con poca grasa, pero conviene tomar una cantidad no superior a los 30 o 40 gramos.

6. Evitar los dulces, pasteles y reemplazarlos por frutas.

7. Evitar las harinas refinadas y elegir las integrales.

8. No consumir azucares.

9. Elegir el aceite de oliva “como grasa principal”.

Dicho lo anterior, hay que resaltar que hay otros alimentos que no contribuyen a mantener un buen nivel de colágeno, como el exceso de azúcar y los carbohidratos refinados, que pueden causar inflamación en el organismo y deteriorar el colágeno en el cuerpo, lo que también se ve reflejado en un deterioro en el estado de la piel, los huesos y los músculos.

Por ende, se recomienda tener una dieta baja en azúcares y harinas refinadas, porque comer pan, galletas, caramelos, jugos artificiales, entre otros productos, contribuye al aumento de la glucosa en la sangre y el exceso de azúcar se engancha a algunas proteínas (elastina y colágeno entre ellas) y hace que estas proteínas se vuelvan rígidas y las endurece, por un proceso denominado glicación.

Asimismo, otros factores importantes para la producción natural de colágeno son:

- Dormir de manera reparadora: dormir lo suficiente permite estimular la melatonina, la hormona relacionada con el sueño que tiene un poder antioxidante y antiinflamatorio. Además, dormir al menos siete horas incrementa la hormona del crecimiento.

- Actividad física y dieta saludable: combinar estos dos aspectos es fundamental para mantener una buena producción de colágeno que contribuya al óptimo funcionamiento del sistema óseo y muscular, entre otros.

Adicional, la doctora ecuatoriana Narcisa Zambrano recomienda que las mujeres inicien a tomar colágeno cuando se esté llegando a los 40 años o en la menopausia, mientras que los hombres lo pueden hacer cuando son mayores de 60 años. Sin embargo, antes de consumir algún suplemento de colágeno es importante que consulte a un experto y este lo guíe.

Varios estudios han demostrado que los péptidos de colágeno o los suplementos que contienen colágeno contribuyen a retrasar el envejecimiento de la piel, especialmente en el caso de las mujeres.

Además, la ingesta de colágeno podría ayudar a prevenir el riesgo de enfermedades cardíacas, pues esta proteína colabora en la estructuración de las arterias y los vasos sanguíneos que transportan la sangre. Sin la proteína, las arterias podrían deteriorarse y volverse frágiles.