Dieta cetogénica: así ayuda a combatir la diabetes

La dieta cetogénica o keto es un plan de alimentación bajo en carbohidratos y rico en grasas. Según el portal especializado Healthline, esta forma de alimentación puede tener numerosos beneficios para la salud, incluso contra enfermedades crónicas y graves como la diabetes, el cáncer, la epilepsia y el Alzheimer.

La reducción drástica de carbohidratos que se reemplazan por grasa expone al cuerpo a un estado metabólico llamado cetosis y, cuando esto ocurre, éste se vuelve muy eficiente y consigue convertir toda la grasa en energía, precisa este sitio web.

Uno de los beneficios que se le atribuyen a esta dieta es que puede generar reducciones en el azúcar de la sangre cuando sus niveles están altos. Esta enfermedad conocida como diabetes se caracteriza por los cambios en el metabolismo, el aumento en el azúcar de la sangre y el deterioro en las funciones de la hormona llamada insulina.

Esta forma de alimentación puede ayudarles las personas a perder exceso de grasa, lo cual es favorable para quienes tienen problemas con la glucosa, pues el sobrepeso y la obesidad están muy relacionados con la diabetes tipo 2, así como con la prediabetes y el síndrome metabólico.

Al respecto, un artículo publicado por Medical News Today señala que una pérdida de peso de leve a moderada a través de la dieta y el ejercicio podría contribuir al control glucémico, el bienestar general y la distribución de energía durante el día en las personas que tienen diabetes.

Por su parte, Healthline indica que hay estudios que concluyen que la dieta cetogénica mejora la sensibilidad a la insulina hasta en un 75 %, lo cual es ideal dado que esta hormona juega un papel clave para mantener los niveles correctos de glucosa en la sangre.

Este portal menciona un estudio en el cual las personas que llevaban esta dieta perdieron hasta 11 kilos en comparación con las que ingerían altas dosis de carbohidratos. En este caso la pérdida de peso fue de 6,9 kilos. Adicionalmente, se encontró que el 95,2 % del grupo cetogénico fue capaz de detener o reducir las medicinas para la diabetes, en comparación al 62 % del grupo de los que llevaban una dieta con consumo de hidratos de carbono.

La información de Medical News Today asegura que los estudios sobre dietas cetogénicas, han descubierto que pueden ser útiles para controlar los niveles de HbA1c. Esto se refiere a la cantidad de glucosa que viaja con la hemoglobina en la sangre durante aproximadamente tres meses.

De igual forma, pueden ayudar a que las personas diabéticas bajen la medicación formulada para controlar los niveles de glucosa. No obstante, científicos han advertido que aquellos que siguen la dieta cetogénica junto con un régimen de insulina podrían tener un mayor riesgo de desarrollar hipoglucemia, que se refiere a bajo nivel de azúcar en sangre. Esto ocurre cuando la glucosa cae a 70 miligramos por decilitro (mg/dl) o menos.

Por esta razón, lo ideal es que los pacientes consulten cualquier cambio en la dieta con su médico mientras esté tomando medicamentos. Además, porque no consumir suficientes carbohidratos puede ser peligroso cuando se toman ciertos medicamentos para la diabetes.

Otros beneficios que se le atribuyen a esta dieta está relacionados con que puede mejorar los factores de riesgo como la grasa corporal, los niveles de colesterol HDL y la presión sanguínea; podría reducir los síntomas de Alzheimer y disminuir su progresión, también reducir las crisis epilépticas en los niños, mejorar los síntomas del párkinson y el bajo consumo de alimentos procesados podría mejorar el acné.

Alimentación indicada

Según Mayo Clinic, las nueces, las semillas, el queso y otros productos lácteos altos en grasas, el yogur griego natural, las verduras sin almidón y fibrosas, los aceites, junto con cantidades más pequeñas de carnes, huevos y pescado, son los pilares de la dieta cetogénica.

Se deben limitar drásticamente los carbohidratos, incluidos el pan y los productos horneados, los dulces, los fideos, los cereales de desayuno, las verduras con almidón como las papas, el maíz y los guisantes, los frijoles, la fruta y la cerveza.

Para beber, lo ideal es el agua. El café y el té sin azúcar también están permitidos. Se debe reducir al mínimo el consumo de alcohol.

Si bien se han realizado investigaciones al respecto, los efectos se han evidenciado más a corto plazo, por lo que se hace necesario valorar lo que sucede con estas dietas y sus resultados y consecuencias en un largo tiempo.