ANIVERSARIO
Desde pintura hasta ingeniería: 8 disciplinas que perfeccionó Leonardo Da Vinci
Los centenares de apuntes y dibujos que dejó en sus cuadernos muestran una mente con un apetito voraz por el conocimiento, gracias a la cual saltó de la arquitectura a la biología, la anatomía, la ingeniería y a la cartografía.
En sus 67 años de vida, Leonardo da Vinci hizo por lo menos siete códices o cuadernos que, sumados, comprenden más de 7.000 páginas de apuntes y dibujos, hoy en manos de museos y bibliotecas en Windsor, París, Londres, Madrid, Turín, y en la colección privada de Bill Gates, quien en 1994 compró uno, el Códice de Leicester.
La Mona Lisa y La última cena son sus obras más conocidas, pero no cabe duda de que la verdadera riqueza del trabajo de Leonardo reside en los manuscritos, en los que plasmó sus observaciones en temas tan variados como botánica, anatomía, óptica e ingeniería. “Era 100 hombres en uno”, dice Walter Isaacson para resaltar esa capacidad de su mente de brincar de un tema a otro y profundizar en todos como un especialista.
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Hoy, 500 años después, este legado no solo prueba el nivel de su mente creativa y peregrina, de su monumental capacidad de observación y del extraordinario don para dibujar, sino de cómo, con su trabajo, desarrolló un método experimental que involucró la observación de la naturaleza, el razonamiento lógico y algunas fórmulas matemáticas.
Por eso, el físico Fritjof Capra no duda en denominarlo precursor de científicos y filósofos, y uno de los primeros en “aplicar las principales características del método científico”. Este es un recorrido por algunas disciplinas en las que se interesó este hombre que bien podría ser el padre de la ciencia moderna.
1. El dibujante:
Los talentos de Leonardo se apoyan en el dibujo. Pero, al mismo tiempo, su entendimiento de la física, la botánica y la geología nutrieron su disposición para dibujar. El papel doble de los dibujos del artista, dice Capra, “muestra por qué su ciencia no se entiende sin su arte, ni su arte sin su ciencia”. El creador usó ese don para plasmar el mundo a su alrededor, y lo hizo con esa mezcla brillante de obsesión por el detalle y una monumental destreza artística.
Con esto, como dice Francesca Fiorani, decana de artes y humanidades de la Universidad de Virginia, “hizo visible el conocimiento”. Esa capacidad de observación produjo retratos de personas con una mirada más humana y permitió técnicas revolucionarias como el sfumato, que consiste en dar al contorno de sus objetos y personajes una sensación indefinida y, por lo tanto, natural. De su estudio de la óptica desarrolló un sentido de perspectiva sutil que se expresa con maestría en La última cena.
2. El anatomista:
Da Vinci se interesó en el estudio del cuerpo humano durante su estadía en Milán en 1480. Para esto diseccionó cadáveres y estudió a fondo órganos como el corazón, así como músculos y huesos, lo que le permitió conocer a profundidad su fisiología. Muchos de sus contemporáneos también lo hacían para perfeccionar sus esculturas, pero Da Vinci fue más allá al estudiarlos con la mirada de un anatomista.
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De hecho, quería hacer un tratado que, de haber publicado, lo habría convertido en padre de la anatomía moderna, título que reclamaría más tarde Andreas Vesalius. En 1490 hizo un estudio detallado de las proporciones humanas para conocer la forma real del cuerpo. El resultado fue el Hombre de Vitruvio, una figura desnuda en dos posiciones sobrepuestas enmarcada en una circunferencia y un cuadrado, hoy considerado el símbolo de la simetría y del humanismo del Renacimiento.
3. El músico:
Da Vinci clasificó su habilidad musical en el segundo lugar después de la pintura y muy por encima de la escultura. Describía esta disciplina como la capacidad de “representar las cosas invisibles”. Además de tocar, cantar e improvisar melodías, el artista dibujó una variedad de instrumentos musicales de viento y percusión. Uno de ellos, la viola organista, que el polaco Slawomir Zubrzycki construyó en 2012 con base en los dibujos y las anotaciones del artista. Presentó el instrumento en un concierto en un castillo al sur de Suecia, y tal como vaticinó Da Vinci en sus apuntes, generó sonidos perfectos.
4. El ingeniero:
Diseñó puentes, edificios, armas pesadas como tanques y catapultas, máquinas, submarinos, y hasta un aparato para respirar bajo el agua. La fascinación de Da Vinci por la ingeniería no tenía limites, como refleja el Códice Atlanticus, el más extenso de todos. También se enfocó en la mecánica de las palancas, las grúas, los engranajes, la hidráulica, las bicicletas y los rodamientos. La mayoría nunca fueron construidos, pero su talento artístico permitió que esas ideas quedaran plasmadas en dibujos con tal detalle que sirven de planos para realizarlos.
5. El aeronáutico:
Da Vinci estudió durante dos décadas el vuelo de los pájaros y sus últimos cuadernos contienen numerosos análisis de alas basadas en la estructura de las de los murciélagos. También dibujó máquinas voladoras para humanos, como el famoso ornitóptero, que muestra los poderes de observación e imaginación del artista, así como su sueño por volar. Algunos expertos consideran que una de sus creaciones, el tornillo volador, presagia el helicóptero moderno, que, según las indicaciones del artista, debía construirse con cable, caña y lino. Además de eso, dibujó alas mecánicas, alas delta y paracaídas.
6. El cartógrafo:
En una época en que los mapas tenían poca precisión, duques y reyes le encomendaron a Da Vinci la tarea de diseñar planos para fines militares. De esas misiones provienen los mapas de la ciudad de Imola en 1502, que produjeron mucha admiración, así como el del valle de Chiana, en la Toscana, que Da Vinci hizo al medir las distancias con pasos. También elaboró el mapa de la costa del sur de Roma, encomendado por el Vaticano. Además de eso, las pinturas de Da Vinci muestran paisajes de la Toscana y de los valles del río Arno y del Adda, hechos con una técnica conocida como perspectiva cartográfica, que logró planos desde arriba antes de la cartografía aérea.
7. El arquitecto:
Muchos bocetos y diseños lo convierten en un gran arquitecto. Resulta interesante ver cómo la lógica para resolver problemas se refleja en muchos de estos dibujos que realizó de catedrales, edificios, castillos y fuertes. Un ejemplo de cómo conectaba la naturaleza en sus disciplinas es su escalera en espiral basada en la concha de un caracol. Para el diseño de la cúpula de la catedral de Milán, el artista hizo un boceto detallado, desde diferentes ángulos que incluyó una vista aérea. Ese trabajo nunca se hizo realidad.
8. El biólogo:
El estudio de plantas y animales es evidente en sus dibujos. A través de esos bocetos, describió la apariencia de plantas y animales con acierto, así como las diferencias entre una y otra especie. Entre los muchos ejemplos están los dibujos de las violetas salvajes, los nenúfares y otras plantas acuáticas. En el reino animal, se interesó por pintar al caballo para entender su anatomía y la de su jinete, y también hizo un extraordinario estudio de las garras de los perros y del vuelo de los pájaros.