Vida Moderna
Dolor crónico: al menos el 27 % de las personas en Latinoamérica lo padece
Por ello, diversas asociaciones piden a los gobiernos de la Región, prestar atención a un problema de salud pública.
Muchas veces, por diversas razones, en el panorama de la salud aparece el dolor crónico y acentuado en alguna parte u órgano del cuerpo. Cuando este persiste después de, al menos 3 meses, se considera que es crónico, según la Sociedad Americana de Cáncer.
Además, “puede perturbar su vida e interrumpir sus actividades cotidianas si no se trata bien. El dolor crónico no desaparece a menos que se trate su causa subyacente, pero generalmente puede aliviarse o mantenerse bajo control mediante medicinas contra el dolor que se toman en un horario establecido”.
De acuerdo con el manual MSD, “el dolor crónico produce signos vegetativos (p. ej., astenia, trastornos del sueño, disminución o pérdida del apetito, pérdida del gusto para la comida, pérdida de peso, disminución de la libido, estreñimiento), que aparece gradualmente”.
Además, si es constante y “no presenta remisiones puede conducir a la depresión y la ansiedad e interferir con casi todas las actividades. Los pacientes corren el riesgo de volverse inactivos, retraídos en el aspecto social y estar preocupados por la salud física. La afectación psicológica y social puede ser grave, hasta producir una pérdida de función en la práctica”.
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Así las cosas, en este mes se firmó la Declaración de Lima sobre Dolor Crónico por 14 asociaciones latinoamericanas durante el XIV Congreso Latinoamericano de Dolor, lo cual fue calificado como un paso clave para el desarrollo de estrategias y políticas públicas por parte de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED).
El documento, además de llamar la atención de los gobiernos sobre un asunto que aqueja entre el 27 % y 42 % de personas en la región, de acuerdo con la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (Fedelat), tiene como objetivo generar conciencia sobre su clasificación como enfermedad en sí misma y el grave problema de salud pública que representa.
En Colombia, según estimaciones de la Aced, uno de cada tres colombianos padece dolor crónico, es decir, más de 15 millones de personas. Además, es una enfermedad que se potenció a raíz de la pandemia y que tiene su principal causa en dolor lumbar crónico.
Felipe Mejía, presidente de la asociación, explicó que en la declaración de Lima 22 especialistas de 14 países, entre ellos Colombia, llegaron a un acuerdo respecto a la denominación del dolor, las causantes de dolor y las posibilidades de tratamiento, con el fin de ilustrar a todo el personal médico que asiste a los pacientes en Latinoamérica y el país no es la excepción.
En el texto de la declaración se destaca la implementación de la CIE-11, adaptando e integrando sus conceptos a la realidad particular de Latinoamérica, especialmente en la atención primaria, que es donde se inician las consultas por dolor crónico en la mayoría de los casos a nivel regional.
De igual manera, se estipula la formación integral de un mayor número de especialistas en dolor (médicos y otros profesionales de la salud), así como el desarrollo de unidades de dolor, que garanticen un abordaje personalizado y multidisciplinar de la enfermedad.
Con esta iniciativa, se espera promover y mejorar los informes de investigación clínica que servirán como base para el desarrollo de estrategias y políticas públicas que harán posible un adecuado manejo de esta problemática.
Sumado a que insta a que se asignen recursos, por parte de los gobiernos, para financiar la investigación de dolor crónico y garantizar que los pacientes accedan a los mejores tratamientos posibles.