VIDA MODERNA

Dolor de rodilla: ¿cómo aliviarlo con ejercicio físico?

Algunos estudios señalan que el ejercicio ayuda a disminuir las molestias en esta área del cuerpo.

18 de agosto de 2021
Radiografía de rodilla
Radiografía de rodilla | Foto: Getty Images

Entre las afecciones más comunes tanto en chicos como en personas mayores está la molestia en las rodillas, una dolencia muy habitual que puede darse como resultado de una lesión como rotura de ligamento o un desgarro de cartílago, así como producto de algunas enfermedades, como la artritis y la gota, esto según un estudio realizado por la Asociación Española de Ortopedistas y citado por el medio especializado Mejor con Salud.

De acuerdo a Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la ubicación e intensidad del dolor de rodilla puede variar según la causa del problema, sin embargo, los signos y síntomas más comunes que acompañan el dolor en esta parte del cuerpo son inflamación y rigidez, enrojecimiento y temperatura al tacto, debilidad o inestabilidad, sonidos de chasquidos o crujidos e incapacidad de enderezar completamente la rodilla.

Bajo ese contexto y aunque en una etapa inicial lo más aconsejable para evitar que incremente el dolor es guardar reposo, es importante tener en cuenta que la práctica de algunos ejercicios puede ser útil para acelerar su recuperación, esto soportado también por un estudio publicado por la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, en el que la investigación apoya el ejercicio como medio para calmar el dolor, inclusive en pacientes con osteoartritis.

Pese a esto, es importante antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento no recetado para tratar esta molestia, consultar a un médico ya que el manejo de esta dolencia puede variar de acuerdo a su causa, siendo las siguientes situaciones las más urgentes de ser tratadas por un experto: no soportar el peso en la rodilla o sentir como si la rodilla estuviese inestable o por salirse; tener una constante hinchazón en la rodilla; no poder extender o flexionar completamente la rodilla; ver una deformidad evidente en la pierna o la rodilla; presentar fiebre y cuando el dolor se relacione con una lesión.

En caso de que la situación no sea ninguna de las antes mencionadas, se pueden optar por hacer algunos de los siguientes ejercicios los cuales, como cualquier otra actividad física, aunque ayudan a promover el bienestar de las articulaciones, hay que realizarlos con la intensidad correcta para cada necesidad y acondicionamiento de quien los vaya a practicar, motivo por el que, en el mejor de los casos, deben ser antes revisados por un fisioterapeuta o entrenador profesional.

El primero de ellos, denominado la ‘tabla’, además de ayudar a fortalecer las rodillas también promueve la firmeza de los cuádriceps. Para hacerlo solo hay que acostarse en un lugar cómodo y levantar las piernas. De acuerdo con Mejor con Salud, es muy importante mantener las rodillas rectas. Lo recomendable, es realizar este ejercicio unas 3 o 4 veces seguidas, con intervalos de descanso de 1 minuto.

Asimismo, y teniendo en cuenta que este ejercicio compromete otras áreas del cuerpo, no hay que excederse en las repeticiones para no afectar la espalda.

Asimismo, para conseguir que las rodillas se vuelvan a ser flexibles y recuperen su fuerza, se puede practicar un segundo ejercicio. Para este, se debe apoyar la espalda contra la pared y separa los pies de la pared y entre sí. Luego, ya en esa posición, se debe comenzar a descender muy lentamente hasta encontrarse “sentado” en el aire.

Esa posición se debe mantener durante unos 10 o 15 segundos. Luego se debe reincorporar la posición inicial lentamente y repetir. Lo recomendable es realizar el ejercicio 5 veces al día, haciendo 10 repeticiones cada vez, explica el portal especializado.

Por último, se puede practicar un ejercicio denominado ‘rodillas flexionadas’, que consiste en acostarse en el suelo sobre una base cómoda y estirar una pierna mientras se mantiene la otra doblada con el pie apoyado. Allí se debe levantar la pierna que se tiene estirada y mantener esa posición unos 10 segundos.

Luego, se debe bajar esa pierna, flexionarla y hacer lo mismo con la que estaba anteriormente doblada. Todas estas rutinas se deben hacer con suavidad y sin forzar al cuerpo.