Vida Moderna
¿Dolor en las articulaciones después de comer tomate? Aquí está la explicación
Muchas personas aseguran sentir dólores en el cuerpo luego de comer tomate.
El tomate podría considerarse como uno de los alimentos más apetecidos por la mayoría de las personas. Incluso, tiene fama de ser muy nutritivo y saludable, ya que cuenta con una composición bastante variada que le puede brindar al organismo beneficios para la salud. Además, se considera que, el consumo diario, pero equilibrado de tomate, no solo mejorará la salud en general, sino la calidad de los platos y de los alimentos que se consumen.
El magacín El Mundo Deportivo, en su sección de salud y bienestar, señala que tiene muy pocas calorías, aproximadamente 18 por cada 100 gramos; por lo tanto, es perfecto para incluir en la dieta y disfrutar de un alimento saciante, nutritivo y rico, sin que la silueta se resienta. Incluso, el 94 % de este fruto está compuesto por agua, por lo que ayudará a limpiar el organismo y reducir la retención de líquidos.
Asimismo, contiene propiedades antioxidantes, diuréticas y antiinflamatorias con muchos beneficios para la salud, lo cual ayuda a prevenir enfermedades, como cáncer de próstata, osteoporosis e infarto de miocardio, según el portal especializado en salud Tua Saúde.
Pero a pesar de ser una fruta que cuenta con muchos beneficios, también tiene un lado negativo, que afecta a muchas personas después de consumir tomate, ya que es muy común que la gente afirme sentir dolor en sus articulaciones justamente después de comer esta popular fruta roja.
Tendencias
Esto sucede porque el tomate tiene solanina, la cual es conocida como “ladrona” calcio, lo que evidentemente genera dolor en los huesos y las articulaciones. Esta sustancia puede ser tóxica para muchas personas, especialmente las que cuenten con mayor edad. Por lo que no se les recomienda el consumo frecuente de la fruta.
La solanina extrae el calcio de los huesos, lo que hace que se empeoren los casos de descalcificación y osteoporosis, debido a que se deposita en las articulaciones. Esto ha hecho que muchos especialistas y nutricionistas adviertan sobre su consumo principalmente a las personas que sufren de artrosis y artritis.
No todo es malo, estos son los beneficios del tomate
Contrarrestar el efecto de humo del cigarrillo
- Dos componentes de los más importantes en este alimento son el ácido cumárico y el ácido clorogénico. Según una investigación publicada en Journal of Agricultura land Food Chemistry, estos elementos contribuyen a luchar contra las nitrosaminas que se producen en el cuerpo.
- Las nitrosaminas son los principales agentes carcinógenos que se encuentran en el humo de los cigarrillos.
Prevenir la anemia
- Contiene una buena cantidad de vitamina C, necesaria para que se absorba el hierro de los alimentos a través del intestino, especialmente los de origen vegetal, ayudando así a prevenir la anemia.
Salud ocular
- La vitamina A, presente en los tomates, ayuda a cuidar de la visión, según una información publicada en Community Eye Health Journal.
- La vitamina A es un antioxidante esencial que combate los efectos negativos de los radicales libres y que cuida de la salud de los tejidos.
Ayuda a reforzar el sistema inmunitario
- El jugo de tomate ayuda a reforzar el sistema inmunitario, fortalecer las defensas para prevenir y evitar infecciones, gripes, resfriados, etc.
- El tomate es rico en vitaminas C, A, B, D y K, así como en antioxidantes, en potasio, calcio, fósforo y hierro.
Para el corazón
- Un estudio publicado en British Medical Journal señala que el tomate contiene mucha fibra, así como potasio, vitamina C y colina (un tipo de vitamina B). Todos estos elementos reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- El potasio, por ejemplo, es ideal para regular la tensión arterial y evitar el peligro asociado a las enfermedades isquémicas, según detalla este estudio publicado en British Medical Journal.
- Una publicación de Annals of Nutrition and Metabolism afirma que el licopeno presente en los tomates regula los niveles del llamado “colesterol malo” o LDL y triglicéridos en la sangre.