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¿Dormir en camas separadas? Cada vez más parejas ‘parten cobijas’ para preservar la relación; ¿se le mediría?
Los defensores de esta tendencia aseguran que mejora la higiene del sueño; para sus detractores, aniquila la sexualidad. Hablan los expertos.
La tendencia está creciendo cada vez más a los ojos de especialistas y terapeutas: parejas que deciden no dormir juntas con la excusa de lograr mejores hábitos de sueño, recomponer las relaciones interpersonales que se deterioran en el día a día de la convivencia y hasta avivar el deseo sexual perdido.
Algunas lo han hecho público. Victoria y David Beckham, por ejemplo, les contaron a sus seguidores a través de las redes sociales que, pese al gran amor que se tienen luego de estar más de dos décadas juntos, desde hace años tomaron la decisión de ‘partir cobijas’.
La ex Spice Girl relató que ella y el astro del fútbol inglés tienen áreas específicas de su casa, llamadas “para él” y “para ella”, en donde cuentan con su propia cocina, dormitorio y patio. Así, luego de compartir todo un día juntos, criando a sus hijos, comiendo y resolviendo las tareas diarias del hogar, al caer la noche se refugian en su lado respectivo, como si vivieran en realidad en viviendas separadas.
Sarah Jessica Parker, estrella de Sex and the City, y su esposo, Matthew Broderick, con quien se casó en 1997, parecieron encontrar el secreto de su larga relación al vivir en habitaciones distintas y solo encontrarse para disfrutar de veladas románticas previamente acordadas.
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¿La razón? “No hay matrimonio que aguante si el marido te ve con tu cara recién levantada o con el mal aliento de las mañanas”, confesó la actriz en una entrevista con la revista Variety en 2017.Otras célebres parejas que adoptaron esta singular práctica son Donald y Melania Trump, así como la actriz Cameron Díaz y su esposo, Benji Madden.
Precisamente, a finales del año pasado, la reconocida actriz estadounidense relató en el pódcast Lipstick on the Rim que no dormir en la misma habitación ha sido una suerte de secreto de la felicidad. “Creo que debemos normalizar los dormitorios separados”, agregó.
Y aunque no están casados ya, el director de cine Tim Burton y la actriz británica Helena Bonham Carter también se sumaron a esta tendencia. “Tim ronca y eso es un factor muy pesado”, confesó ella en una entrevista. “Probamos muchos remedios que no funcionaron. Él tiene el tabique desviado y no quiso operarse”, aseguró la reconocida actriz, que, entre otros grandes papeles, encarnó a la princesa Margarita en las dos últimas temporadas de la exitosa serie The Crown.
Ese, los ronquidos sin control, es justamente uno de los principales motivos que lleva a las parejas a dormir en camas diferentes. Lo escucha a diario en consulta el psicólogo terapista de pareja Mauricio Mercado: “Puede parecer una tontería, pero muchas parejas terminan en divorcios porque uno de los dos ronca toda la noche y afecta la calidad del sueño de su pareja. Una situación a la que, si no se le da manejo, puede convertir la alcoba en un verdadero infierno para el que se desvela por cuenta de los ronquidos”.
La tendencia, agrega enseguida el especialista, se llama sleep divorce (divorcio del sueño) “y cuando una pareja la prueba, difícilmente cambia de parecer. Yo he ayudado a arreglar muchos matrimonios con esa simple y a la vez compleja técnica: ese distanciamiento les permite a los integrantes de la pareja tener una mejor higiene del sueño, no solo por los ronquidos, sino porque el otro tiene las piernas inquietas, sufre de sonambulismo o debe pararse seguido al baño, en muchos casos por un tema de salud”.
Mercado confiesa, sin embargo, que no es una decisión que las parejas tomen con facilidad. “Al comienzo, muchas se resisten, se sorprenden ante la sola propuesta; sobre todo, cuando se trata de matrimonios con muchos años de convivencia. Las señoras tienden a creer que si el señor ya no duerme con ellas buscará a otra mujer. Las parejas jóvenes y millennials, que son más conscientes de la importancia del bienestar y la salud personal, suelen ser más receptivas”.
Las ventajas
De acuerdo con Sonia Rojas Molina, neuróloga y médica de la Clínica del Sueño, “una de las grandes ventajas de esta práctica es que las personas logran desarrollar un sueño profundo y realmente reparador. Y en la actualidad dormir bien es fundamental para el bienestar general”.
Explica que cuando “una persona no logra conciliar el sueño de forma adecuada, ve afectada desde su inmunidad hasta su funcionamiento corporal. Una persona mal dormida se enoja con más facilidad y pierde la paciencia hasta en las cosas más simples. Además, puede desarrollar con el tiempo enfermedades de salud mental como la depresión e incluso resentimiento contra su pareja, pues le interrumpe su sueño”.
Y ese bienestar personal impacta también la salud de la pareja: “Cuando uno o los dos integrantes de la relación no están bien descansados, tienden a discutir más en el día a día, están más irritables y pierden empatía entre ellos; dormir en espacios separados alivia, por ejemplo, situaciones en las que alguno debe levantarse más temprano o tiene más flatulencias en la noche. Con esta técnica puede estar tranquilo sin afectar a su compañero de alcoba”, comenta la especialista.
Igualmente sucede en términos de la vida sexual. Para Mercado, contrario a lo que muchos pueden creer, la sexualidad “mejora al dormir en camas separadas. Las parejas se extrañan más y, cuando realmente tienen sexo, este tiende a ser de mayor calidad, con más entrega. Suele estar cargado de detalles, de erotismo, de lencería especial. Los encuentros íntimos dejan de ser una cuestión de rutina o por complacer al otro y pasan a ser un verdadero acontecimiento para la vida en pareja”.
En otros casos, dice Mercado, el llamado divorcio del sueño puede resultar positivo cuando se trata de aliviar las tensiones que resultan después de una fuerte discusión o pelea. “No hay nada más demoledor para algunos que irse a la cama y que el otro te dé la espalda. Dormir en cuartos separados permitirá que cada uno ponga sus ideas en orden y se serene”, comenta el experto.
Que lo diga el empresario ganadero José Félix Lafaurie, quien confesó que en momentos complejos con su esposa, María Fernanda Cabal, la líder del Centro Democrático, a veces duermen separados. “Dormimos en camas juntas, pero individuales a la vez, y cada quien con su propia cobija. Las podemos apartar un poco cuando la cosa se pone compleja”.
Las desventajas
Pese a las bondades que reconoce en esta práctica, Mercado asegura que a muchas parejas les cuesta mantener la calidad de sus encuentros íntimos. “Todo depende de la pareja y el momento por el que están atravesando. He tratado parejas mayores de 50 o 60 años que le dan poca relevancia a la vida sexual y están en momentos de sus vidas en los que privilegian su salud mental por encima de otras cosas. Entonces, valoran dormir mejor, por ejemplo. Lo que demuestra esta tendencia es que la liberación femenina también se advierte en estas situaciones: las señoras ya no están dispuestas a soportar de todo con tal de sostener un matrimonio. Algunas de ellas sienten un gran alivio cuando ese marido roncador se muda de habitación y encuentra su propio espacio”.
El terapeuta admite, además, que el divorcio del sueño no está diseñado para todas las parejas. “No es una fórmula mágica que arregle matrimonios. Es una terapia que puede o no funcionar. Y como en todas las terapias, requiere el compromiso de los dos en pareja”.