VIDA MODERNA
Dos frutas cítricas para combatir el hígado graso
El exceso de grasa en el hígado puede generar inflamación, lo que a su vez puede dañarlo y crear cicatrices.
También conocida como esteatosis hepática, la enfermedad del hígado graso se presenta, como su nombre lo indica, cuando la grasa se acumula en este órgano, que tiene entre sus funciones filtrar sustancias dañinas de la sangre y procesar nutrientes de alimentos y bebidas.
El exceso de grasa en el hígado puede generar inflamación, lo que a su vez puede dañarlo y crear cicatrices. Según el portal Healthline, en casos graves, esta cicatrización puede llevar a la insuficiencia hepática. Cuando este padecimiento se da en una persona que bebe mucho alcohol, se conoce como enfermedad del hígado graso por alcohol.
Esta afección es considerada por muchos especialistas una enfermedad silenciosa, debido a que muchas personas no experimentan ningún síntoma, incluso si ya está avanzada. Sin embargo, la enfermedad del hígado graso no alcohólico puede agrandar el hígado. Cuando esto ocurre, puede causar dolor o malestar en la parte superior derecha del abdomen, que es el área entre las caderas y el pecho, precisa el medio especializado en información de salud Medical News Today.
Los principales síntomas de esta enfermedad son una fatiga constante y un fuerte dolor en la parte superior derecha del abdomen. Cuando la cicatrización ya está avanzada, las señales son inflamación abdominal, vasos sanguíneos agrandados, palmas rojas, y color amarillento en la piel y en los ojos.
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Sin embargo, es un problema reversible y depende en su mayoría de una buena alimentación y de la reducción de grasas en la dieta. Frutas cítricas, como el limón y la naranja, pueden ser de gran ayuda en el propósito de mantener el hígado en buen estado.
Limón
El jugo de limón elimina las toxinas que se acumulan en los órganos como el hígado y los riñones. Según un estudio de la Sun Yat-Sen University, el jugo de limón mejora la función del hígado, ya que es un hepatoprotector ante algunos tipos de afecciones hepáticas.
Además, gracias a su contenido en minerales como el potasio y calcio, beneficia el filtrado de toxinas y sustancias de desecho que realizan los riñones, y combate la retención de líquidos en el cuerpo.
Para preparar un jugo de limón solo se requieren cuatro limones medianos y 500 mililitros de agua natural. Se deben lavar y desinfectar los limones. Después, cortar en cuatro cada uno y colocar en la licuadora los trozos de limón y añadir el agua. Licuar todos los ingredientes hasta que quede un jugo homogéneo, servir el jugo de limón y disfrutar.
Naranja
Esta fruta favorece la eliminación de radicales libres, sustancias que juegan un papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas. También contiene antioxidantes que ayudan a prevenir afecciones en el hígado.
Es posible combinar la naranja con un poco de jengibre y, de este modo, mejorar patologías digestivas y desinflamar. Para preparar este jugo se requiere: una taza de zumo de naranja natural y recién exprimido, una cucharada de jengibre fresco rayado y una cucharada de aceite de oliva.
Preparación:
1. Mezclar todos los ingredientes en la licuadora o procesador de alimentos.
2. Beber el jugo recién preparado.
3. Se puede ingerir antes de dormir durante tres noches seguidas. En caso de limpiezas más profundas, se puede tomar durante siete noches seguidas.
Cabe resaltar que, además de consumir las frutas mencionadas, es necesario que la alimentación sea equilibrada y, si se poseen afecciones en el hígado, se debe consultar su ingesta con el médico para evitar contraindicaciones o el agravamiento de otras patologías.
Recomendaciones frente al hígado graso
Expertos portal Mayo Clinic dan algunos consejos para combatir esta afección:
1. Bajar de peso. “Si tienes sobrepeso u obesidad, reduce la cantidad de calorías que consumes a diario y aumenta lentamente la cantidad de ejercicio para perder peso. La reducción de calorías es la clave para perder peso y controlar esta enfermedad. Si has intentado perder peso antes, pero no has tenido éxito, pídele ayuda al médico”, explica esta entidad.
2. Optar por una dieta saludable. “Elige una dieta saludable, rica en frutas, vegetales y granos integrales, y lleva un control de todas las calorías que ingieras”.
3. Hacer ejercicio y ser más activo. “Intenta hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si estás intentando perder peso, descubrirás que al hacer más ejercicio, mejoran los resultados. Si todavía no te ejercitas regularmente, obtén la autorización de tu médico primero y comienza despacio”.
4. Controlar la diabetes. “Sigue las instrucciones de tu médico para mantener la diabetes bajo control. Toma tus medicamentos como te lo haya indicado el médico y supervisa constantemente tu nivel de glucemia”.
5. Bajar el nivel de colesterol. “Una dieta saludable con base en vegetales, actividad física y medicamentos puede ayudarte a mantener un nivel saludable de colesterol y triglicéridos”.
6. Proteger el hígado. “Evita las cosas que puedan ser muy estresantes para el hígado. Por ejemplo, no bebas alcohol. Sigue las instrucciones de todos los medicamentos recetados y de venta libre. Verifica con el médico antes de usar remedios a base de hierbas, ya que no todos los productos a base de hierbas son seguros”, concluye el instituto.