Vida Moderna
Efectos poco conocidos que causa la sal en el cuerpo
Como todo alimento, la sal no debe ser consumida en exceso, pues, de ser así, se podrían generar distintas afecciones.
La sal es uno de esos alimentos que se usan con mucha frecuencia en las cocinas de las familias colombianas y en diferentes partes del mundo. Sus utilidades son múltiples, ya que sirve como condimento y se prepara la gran mayoría de las comidas. Además, es la principal fuente de sodio en la dieta.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas consumen a diario de 9 a 12 gramos de sal, eso significa el doble de la ingesta máxima recomendada por los médicos.
Esta entidad recomienda que el consumo diario debería ser menos de cinco gramos, es decir, un poco menos que una cucharadita de sal por día. “En la alimentación, la sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son particularmente ricos en sal (como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salami, quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, etc.), ya porque suelen consumirse en grandes cantidades (como el pan y los productos de cereales elaborados)”, subraya la OMS en su portal web.
Como es bien sabido, las personas que padecen hipertensión arterial deben consumir en menor cantidad una sustancia como la sal, dado que los efectos que produce este alimento puede alterar el padecimiento mencionado.
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Asimismo, existen otros efectos de la sal en organismo, algunos de ellos son poco conocidos y, por eso, el portal La Patilla los aborda. “Algo muy importante es que la sal contiene yodo, elemento que el cuerpo necesita para producir hormonas tiroideas, que controlan el metabolismo y otras funciones. A cualquier edad, la deficiencia de yodo es la causa más frecuente de bocio (tiroides grande)”, explica el sitio.
“Si existe un exceso o déficit, los riñones regulan reteniendo o liberando sodio para evitar desde apatía, letargo, convulsiones e incluso la muerte. El sodio es fundamental para el mantenimiento de la vida, más aún porque nuestro cuerpo no tiene reservas y las debe obtener a través de la dieta”, concluye.
Ideas erróneas acerca de la reducción del consumo de sal
- “Cuando hace calor y hay humedad, y uno transpira, se necesita más sal en la alimentación”. El sudor contiene poca sal y, por lo tanto, no es necesario agregar más incluso en los días cálidos y húmedos. Sin embargo, es importante beber mucha agua.
- “La sal marina no es ‘mejor’ que la refinada por el simple hecho de que sea ‘natural’”. Cualquiera sea el origen de la sal, es el sodio el causante de problemas de salud.
- “La sal agregada en la cocción no es la fuente principal de la ingesta de sal”. En muchos países, alrededor del 80 por ciento de la sal en la alimentación proviene de alimentos elaborados.
- “No se necesita sal para que los alimentos tengan un sabor apetitoso”. El ajuste de las papilas gustativas lleva cierto tiempo, pero cuando uno se habitúa a que haya menos sal, es más probable que se aprecien los alimentos y que se reconozca una gama más amplia de sabores.
- “Los alimentos sin sal no tienen sabor”. Tal vez sea cierto al principio, pero las papilas gustativas se van habituando a la disminución de la sal y es probable que uno acabe por apreciar los alimentos y encontrarles más sabor.
- “Los alimentos ricos en sal tienen un gusto salado”. Ciertos alimentos ricos en sal no parecen tan salados porque a veces se les añade otros ingredientes, como azúcares, para disimular el sabor. Es importante leer las etiquetas para conocer el contenido en sodio.
- “Solo las personas de edad se deben preocupar por la cantidad de sal que consumen”. El hecho de consumir demasiada sal aumenta la tensión arterial a cualquier edad.
- “La disminución de la sal podría ser nociva para mi salud”. Es muy difícil consumir muy poca sal, dado que está presente en gran cantidad de alimentos de la vida cotidiana.