El alimento probiótico japonés que inhibe infecciones virales y previene enfermedades cardiovasculares

Uno de los problemas de salud que suelen afectar con mayor frecuencia a las personas son las infecciones virales que pueden desencadenar un resfriado común, influenza, el covid-19, el VIH o enfermedades como la gastroenteritis viral.

MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que los virus se pueden propagar de distintas formas, entre ellas, por medio de gotitas y partículas exhaladas por una persona con la infección, al tocar superficies u objetos que tienen el virus y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos, a través de alimentos o agua contaminados, al ser picado por un insecto o animal infectado o a través del contacto sexual.

De esta manera, los virus actúan como secuestradores que invaden de forma abrupta las células vivas y normales. Luego, usan esas células para multiplicarse y ahí pueden matar, dañar o cambiar las células infectadas y es o que causa las enfermedades relacionadas con infecciones virales. “En general, cada virus diferente solo infecta un tipo de célula en su cuerpo. Por ejemplo, los virus de la hepatitis afectan las células del hígado. El VIH infecta cierto tipo de célula del sistema inmunitario”.

Una forma saludable de prevenir este tipo de infecciones es consumiendo alimentos probióticos que ayuden a potencializar las defensas del sistema inmunitario. De hecho, la revista Mejor con Salud señala que un superalimento probiótico japonés es el Natto, que es a base de soja, con un olor similar al amoníaco y una consistencia parecida al moco. Entre sus nutrientes se destacan los siguientes:

• Calorías: 211
• Proteína: 19 gramos
• Grasa: 11 gramos
• Azúcar: 13 gramos
• Fibra: 5,4 gramos
• Carbohidratos complejos: 4,9 gramos
• Grasa saturada: 1,6 gramos
• Vitamina C: 13 miligramos
• Hierro: 8,6 miligramos
• Potasio: 729 miligramos
• Calcio: 217 miligramos

Frente a sus beneficios para la salud, varios estudios científicos han determinado que “los pacientes tratados con un extracto de natto inhibieron infecciones virales, como el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus (SARS-CoV-2) y el herpesvirus bovino 1 (BHV-1). Según explican los autores, esto lo consigue mediante la degradación de las partículas virales”, explica Mejor con Salud.

Del mismo modo, otras investigaciones mencionadas por la revista han demostrado que la nattoquina, el ingrediente más activo del natto, tiene actividad fibrinolítica, efectos antihipertensivos, hipolipemiantes, antiateroscleróticos, antiplaquetarios y neuroprotectores. Esto le atribuye una gran capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares como el ictus, accidentes cerebrovasculares, entre otros.

De hecho, los primeros estudios al respecto indicaron que la nattoquina mejoraba las actividades trombolíticas. “Se sugiere que se debe a los efectos antitrombóticos, anticoagulantes, antioxidantes y reductores de lípidos. Otro estudio describió cómo la suplementación con nattoquina, 9 veces al día, fue efectivo para suprimir la progresión de la aterosclerosis en pacientes con placas ateroscleróticas”.

¿Cómo se puede preparar el natto?

Ingredientes:

• Agua
• 500 gramos de habas de soja
• 1 gramo de esporas de Bacillus subtillis natto (o también 50 gramos de natto ya preparado).

Preparación:

• En primer lugar, se debe hervir todos los ingredientes que se vayan a usar para evitar contaminación cruzada. Una vez hecho esto, se deben colocar las semillas de soja en remojo por 12 horas, aunque muchos recomiendan dejarlas hasta un día entero.
• Pasado este tiempo, se deben cocinarse durante 15 minutos en una olla a presión o a fuego medio durante 6 horas.
• Al estar cocidas, retirar del fuego, se escurren y dejar enfriar a temperatura ambiente.
• Luego, deben ponerse en un sitio caluroso, hasta que adquieran una temperatura de unos 50 grados centígrados.

• Cuando esté a esa temperatura es que debes añadir la bacteria. Si no tienes el polvo del Bacillus natto, puedes poner 50 gramos de natto preparado.
• Dejar fermentar a una temperatura constante de 40 grados centígrados durante 24 horas. Se puede colocar en el horno o en una yogurtera para conseguir la fermentación ideal.
• Cuando la fermentación se dé, esto indica que ya está apto para consumir. Aunque muchos dejan macerar en el frío de la nevera durante 1 a 3 días más.