El botiquín del amor: claves para superar las crisis de una relación

Conservar una relación no siempre es fácil. Mucho menos en pleno siglo XXI en el que el frenético ritmo de vida y las altas expectativas individuales y emocionales dejan en un segundo plano la importancia de afianzarla. Según el psicólogo Eli Finkel, el problema del matrimonio en la era moderna es que la mayoría de personas lo ven como una forma de autodescubrimiento, autoestima y crecimiento personal. Esto hace que las expectativas sean cada vez mayores en comparación con otras épocas, cuando el matrimonio giraba en torno a satisfacer necesidades más básicas.

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Aunque la tendencia no es del todo negativa, Finkel señala que las circunstancias socioeconómicas de la modernidad y las decisiones individuales van en contravía de estas aspiraciones. El exceso de trabajo y la crianza de los hijos limitan la cantidad de tiempo y energía que cada uno espera recibir de su pareja. Como resultado, lo que creían que iba a ser un cuento de hadas termina convertido en una profunda desilusión.

Aunque el remedio ideal para superar esta crisis sería pasar más tiempo de calidad con la pareja, el científico tiene claro que para muchos esta no es una opción. Por eso propone una serie de trucos rápidos y simples para aumentar estas expectativas. Se trata de técnicas probadas científicamente en su laboratorio de Relaciones y Motivación (RAMLAB) que llevaron a que las personas se sintieran más conectadas a su pareja. Lo mejor del asunto es que requieren poco tiempo y casi ningún esfuerzo. Además, no es necesario que el compañero esté dispuesto a practicarlas.

“Son una opción rápida que puede tomar solo unos minutos al mes”, explica Finkel en The New York Times. Y agrega que aunque no van a dar como resultado un gran matrimonio, “ciertamente pueden mejorar las cosas”. Estos son los seis salvavidas del amor:

Tocarse sin miedo

El contacto físico es fundamental. Hay que tocar, besar, acariciar y sobre todo abrazar a la pareja a menudo. De acuerdo con Finkel, tomarse de las manos suma puntos incluso cuando no se hace con la intención más romántica. Un reciente estudio también demostró que tocarse mutuamente en forma cálida, cómoda y positiva hace sentir a las personas que sus parejas los aman. “Su yo racional sabía que el contacto de la mano no era un gesto espontáneo de afecto, pero de todos modos los hacía sentir mejor”, explicaron los investigadores.

Celebrar las victorias del otro

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Muchas veces, en medio de la monotonía diaria, las personas olvidan darles importancia a las historias que viven sus parejas en entornos ajenos: un pequeño triunfo en el trabajo, el inicio de una dieta o el comienzo de un nuevo proyecto. Aunque muchos de los temas no resulten llamativos en un principio, Finkel asegura que mostrar más interés y disfrutar de las victorias del otro sirve para acercarse a la pareja. El ejercicio es simple: cuando la pareja cuenta algo que salió bien en su día, hay que emocionarse al respecto. Haga preguntas, ríase e incluso intente hacerlo revivir el momento. Un poco de entusiasmo en la voz y en las reacciones también ayuda.

No sacar malas conclusiones

Está demostrado científicamente que las parejas más infelices consideran una ofensa alguna acción equivocada o error del otro. Por ejemplo, cuando la pareja no devuelve una llamada, muchos suelen tomar las cosas de manera personal en vez de pensar que obedece a una razón externa, como un día de mucho trabajo. Ante esos pequeños inconvenientes, Finkel recomienda no darle muchas vueltas al asunto. Si algo va mal, hay que tomar unos segundos para considerar una explicación alternativa a que la pareja no le da la importancia que se merece.

Llevar una lista de agradecimientos

Finkel considera muy positivo llevar una lista semanal de las cosas que la pareja hizo para invertir en la relación. Una llamada inesperada, cocinar, preguntar por el trabajo o incluso mostrarse más cariñoso. También enumerar las que cada cual hace por el otro. Según los resultados del laboratorio del psicólogo, ambos se sienten bien con esa práctica, pues quien ofrece la acción se siente a gusto haciendo cosas por el otro, pero quien la recibe siente agradecimiento y más compromiso para hacer lo mismo.

Ser objetivo

En el laboratorio Eli Finkel hizo un experimento con 120 parejas durante dos años en el que les pidió que si discutían, pensaran en una solución al problema desde la perspectiva de un tercero neutral. Ese pequeño ejercicio produjo una gran diferencia, pues permitió centrar el problema en lo que realmente importa, ponerse en el lugar del otro y no caer en el error de reciclar peleas viejas. Con la técnica la satisfacción de la pareja se mantuvo estable.

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Aceptar los cumplidos

Finkel asegura que uno de los factores más comunes en los matrimonios fallidos es el rechazo constante del compañero. El problema, argumenta, consiste en que muchas veces las personas con baja autoestima utilizan el rechazo como un mecanismo de defensa para no salir heridos. Como tienen dificultades para creer que realmente los aman, al momento de escuchar palabras bonitas simplemente las dejan pasar y no asumen que su pareja intenta acercarse. El experto y su grupo de investigadores aseguran que es necesario aprender a recibir con emoción los elogios y demostrar a la pareja que eso los emociona. Esta simple actitud los acercará más, permitirá identificar lo que aman el uno del otro y le aportará más seguridad a la relación.