Vida Moderna
El cereal que ayuda a limpiar los intestinos, elimina el exceso de comida y ayuda a evitar los gases
Los cereales forman una parte importante de la dieta de muchas personas.
Eructar o eliminar gases (flatulencias) es natural y común, aunque los eructos o las flatulencias en exceso, acompañados de distensión, dolor o hinchazón del abdomen, pueden ocasionalmente interferir en las actividades diarias o causar vergüenza, pero estos signos y síntomas no suelen indicar una afección grave subyacente y, por lo general, se reducen con simples cambios en el estilo de vida, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Por ello, el portal Mejor con Salud reveló que la avena mezclada con papaya ayuda a limpiar los intestinos, elimina el exceso de comida y ayuda a evitar los gases.
Así las cosas, para obtener los beneficios hay que licuar ¾ taza de papaya, ½ taza de leche de almendras, ¼ cucharada de canela en polvo y ½ taza de avena en hojuelas que se debe consumir en ayunas y a media mañana.
Otras recomendaciones para tener una buena salud intestinal
Entre tanto, la entidad sin ánimo de lucro enumeró otras sugerencias para limpiar los intestinos, elimina el exceso de comida y ayuda a evitar los gases:
- Comer y beber despacio. Es importante tomarse comer con calma, ya que esto ayudará a tragar menos aire. Por ello, se debe intentar que las comidas sean en momentos relajados, pues comer cuando se está estresado o apurado aumenta el aire que se traga.
- Evitar las bebidas carbonatadas y la cerveza. Liberan dióxido de carbono.
- Evitar los chicles y pastillas. Cuando se comen chicle o pastillas, se traga con mayor frecuencia, y parte de lo que se está tragando es aire.
- No fumar. Cuando se inhala humo, también se traga aire.
- Controlar la dentadura postiza. Las dentaduras postizas que no encastran bien pueden hacer que se trague más aire cuando se come y bebe.
- Moverse. Dar una caminata corta después de las comidas.
- Tratar la acidez estomacal. Para la acidez estomacal ocasional y leve, podrían ayudar los antiácidos de venta libre u otros remedios. La enfermedad del reflujo gastroesofágico puede requerir medicamentos en concentraciones de venta bajo receta médica u otros tratamientos.
- Eliminar ciertos alimentos. Entre los alimentos que más comúnmente causan gases se encuentran los frijoles, guisantes, lentejas, repollo, cebollas, brócoli, coliflor, alimentos integrales, hongos, ciertas frutas y cerveza y otras bebidas con gas. Intenta quitar un alimento a la vez para ver si los gases mejoran.
- Leer las etiquetas. Si los productos lácteos parecen ser un problema, se puede tener algún grado de intolerancia a la lactosa. Por ello, hay que prestar atención a lo que se come y se debe probar las variedades bajas en lactosa o sin lactosa. Ciertos carbohidratos indigeribles que se encuentran en los alimentos sin azúcar (sorbitol, manitol y xilitol) también pueden provocar un aumento de los gases.
- Comer menos alimentos grasos. La grasa retrasa la digestión y le da a la comida más tiempo para fermentar.
- Reducir temporalmente el consumo de alimentos con alto contenido de fibra. La fibra tiene muchos beneficios, pero muchos alimentos con alto contenido de fibra también son grandes productores de gases. Después de quitarlas de la dieta, se pueden volver a añadir fibras a la dieta lentamente.
- Probar un remedio de venta libre. Algunos productos, como Lactaid o Dairy Ease, pueden ayudar a digerir la lactosa. Los productos que contienen simeticona (Gas-X, Mylanta Gas, otros) no han demostrado ser útiles, pero muchas personas creen que estos productos funcionan.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.
Adicional, es importante consultar a un especialista si se nota lo siguiente:
- Diarrea.
- Dolor abdominal persistente o severo.
- Heces con sangre.
- Cambios en el color o la frecuencia de las heces.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Molestia en el pecho.
- Pérdida de apetito o sentirse lleno rápidamente.