CIENCIA
Un murciélago llevó el ébola al ser humano
Una sola persona recibió el virus transmitido por el animal. Ahora, cada mes, se duplican los casos.
Las noticias alrededor del ébola giran en torno al miedo y a la esperanza. Así, por ejemplo, el temor al brote en África Occidental está aislando y empeorando la situación de los países afectados, que ahora también sufren restricciones en los suministros de primera necesidad. Entre tanto, hay un rayito de optimismo al confirmarse que los ensayos en humanos de una vacuna comenzarán la próxima semana en un centro médico de EE.UU. “Tenemos luz verde para comenzar”, dijo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), un departamento del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
Mientras estos son los temas de actualidad otros miran atrás. ¿Cuándo empezó todo? ¿Quién transmitió semejante enfermedad? ¿Por qué? ¿Cómo? Ya hay respuestas a tan dramáticos interrogantes. El análisis genético de 99 muestras de virus obtenidos en Sierra Leona y Guinea permitieron a un equipo internacional de investigadores (hay participantes de Harvard, otros centros de EE. UU., Sierra Leona y Nigeria) trazar una trayectoria de la epidemia. La principal conclusión que publicó la revista Science, es que “en contra de lo que ha sucedido en otros brotes”, el actual se debe a un solo contacto entre el reservorio (un animal, probablemente un murciélago) y una persona.
Según El País de Madrid, este tipo de trabajos compara zonas concretas del genoma de los virus en busca de variaciones. El hecho de que estas muestras fueran muy uniformes señala que tienen un origen común. Además, la genética sirve también de reloj biológico. Una vez que se establece cada cuánto tiempo de media se produce una mutación, contando el número de cambios se puede determinar el tiempo que hace que el virus se separó de un tronco común. Comparándolo con muestras de otros brotes, se ha calculado que este último y los dos anteriores de la variante Zaire (en República Democrática del Congo en el 2007 y el 2008) se separaron alrededor del 2004.
El estudio no permite todavía explicar por qué la mortalidad de este brote está en el 50,5 %, el del 2008 del 44 % y el del 2007 del 71 %, dicen los autores. La media está alrededor del 78 %, añaden, aunque ha llegado al 90 % (Congo, 2003). Pero la secuenciación genética es el primer paso para buscar esas explicaciones.
Según cálculos de El País, los investigadores también destacan que al actual brote progresa de manera geométrica, con el número de casos duplicándose cada 34 días. Esta cifra se mantiene constante con las variaciones estadísticas: va de 24 a 36 días. Los últimos datos de la OMS referidos al 26 de agosto, lo confirman: en esa fecha había 3.069 casos registrados de los que han fallecido 1.552. De ellos, cinco eran coautores del artículo, y no lo han visto publicado. El recuento no incluye el último caso de Nigeria: un médico que se infectó por contacto con el caso índice (el hombre que llevó el virus al país), pero que ha muerto en Port Harcourt, con lo que es la primera víctima en Nigeria fuera de Lagos.