Prevención
El ejercicio de fuerza también previene el cáncer
Un estudio internacional reciente reveló que quien hace este tipo de entrenamiento dos veces por semana reduce el riesgo de padecer de ciertos tumores.
La relación entre ejercicio y cáncer no es nueva. Desde hace un tiempo los científicos han acumulado suficiente evidencia para afirmar que hacer ejercicio en general ayuda a prevenir ciertos tipos de tumores. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que hacer ejercicio podría prevenir unas tres millones de muertes por cáncer cada año. Concretamente señala que una rutina de unas dos horas de ejercicio moderado a la semana podría reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y prevenir hasta una tercera parte de las 7,6 millones de muertes que ocurren cada año en el mundo a causa de esta enfermedad.
Pero ahora una investigación internacional revela que el fortalecimiento muscular aunado a una rutina de ejercicio físico puede ayudar a reducir aún más la incidencia y la mortalidad del cáncer. Por lo tanto, se recomienda este entrenamiento, al menos, dos veces por semana.
Vale la pena aclarar que el ejercicio de fuerza es el que incluye el uso de pesas y que se hace con base en repeticiones o con peso, ya sea el corporal o externo. Todo esto para estimular el tejido muscular. En concreto, las investigaciones epidemiológicas demuestran que el fortalecimiento muscular y la actividad física (caminar, correr, nadar y andar en bicicleta) reducen el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.
Tendencias
Según los expertos, la actividad física se ha asociado con un riesgo reducido en siete tipos de cáncer. Sin embargo, no estaba claro si las actividades de fortalecimiento muscular también reducían la incidencia y la mortalidad por cáncer. Para aclarar la duda los expertos realizaron búsquedas en PubMed, Embase, Web of Science y Scopus desde el inicio hasta marzo de 2020. Se estimaron el índice de riesgo (HR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% mediante modelos de efectos aleatorios.
En conclusión se encontró que las actividades de fortalecimiento muscular se asociaron con una menor incidencia de cáncer de riñón y una mortalidad total por cáncer. Las actividades combinadas de fortalecimiento muscular y aeróbicas pueden proporcionar una mayor reducción de la mortalidad total por cáncer. “Se trata de un hallazgo importante en el que ha sido clave la colaboración entre las diferentes universidades para compartir conocimientos y experiencias. Seguir investigando en este ámbito nos permite conocer qué actividades o hábitos pueden ayudar a prevenir esta enfermedad”, explica Juan Pablo Rey, investigador y docente de la Universidad Internacional de Valencia - VIU.
Publicado en la revista ‘International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity’, el trabajo reitera la importancia de establecer mejores servicios de detección temprana y tratamiento de la enfermedad. El cáncer se está convirtiendo en una de las principales causas de muerte en el mundo y se proyecta que para el 2030 las tasas de mortalidad por la enfermedad sobrepasen los 11 millones cada año.
El ejercicio además se ha planteado como una píldora natural que redunda en beneficios para la salud en general. Un reciente trabajo, hecho por investigadores de la Universidad de Ottawa señala que hay sustancias del sistema inmunológico que se liberan debido a la contracción muscular cada vez que se ejercitan los músculos. En términos técnicos, estas sustancias se llaman mioquinas, las cuales conectan los músculos con otros órganos como el cerebro, el hígado, el páncreas, los huesos, los intestinos, la piel, el tejido adiposo y los vasos sanguíneos.
De acuerdo con la investigación, los músculos esqueléticos son capaces de producir al menos 650 sustancias cuando se ejercitan, y estas hacen que funcionen mejor los órganos del cuerpo. Estudios de metaanálisis muestran que el ejercicio reduce en 12 por ciento el cáncer de mama en mujeres físicamente activas. Otros concluyen que el cáncer de colon, uno de los cánceres más estudiados en relación con la actividad física, el ejercicio físico reduce el riesgo en 24 por ciento. Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer, publicado en JAMA Internal Medicine, halló que los de los niveles más altos tenían tasas más bajas de cáncer de esófago, pulmón, riñón, colon, cabeza y cuello, recto, vejiga y mama. Las tasas en las personas más activas fueron de entre un 7% a un 38% más bajas que en las personas menos activas.
Las recomendaciones estiman que es necesario al menos de 30 a 60 minutos de actividad moderada cada día que aumente de forma notable el nivel de la respiración y la frecuencia cardiaca, como caminar a paso ligero, nadar o ir en bicicleta. El sedentarismo puede convertirse en un factor de riesgo para el desarrollo de afecciones crónicas. Aún más, se ha demostrado también un aumento de la mortalidad en aquellas personas sedentarias, con poca o ninguna actividad física.
*Con infomración de Europa Press