Vida Moderna
El error que impide perder peso después de los 60 años
Para adelgazar no solo se requiere cambiar la dieta y hacer actividad física. Existen otras actividades que son claves cuando se busca mantenerse en forma.
Para muchas personas parece lógico pensar que dormir menos implica una mayor actividad y, por tanto, un mayor gasto calórico. Según este razonamiento, dormir menos ayudaría a adelgazar cuando la persona sigue dietas de pérdida de peso. Sin embargo, existen dudas al respecto, y lo cierto es que ocurre exactamente lo contrario: un buen descanso es el que ayuda a las personas a adelgazar.
Durante la noche también se queman calorías, por eso es un error reducir el periodo de descanso y no solo porque dormir menos no ayuda a perder peso, sino que también favorece la aparición de diferentes problemas como la falta de concentración, aumento en los niveles de estrés y en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, entre otras.
De acuerdo con el portal terapiacpap.com, “es importante que las personas después de los 60 años no solo duerman las horas que requiere el organismo para su bienestar, sino que el descanso sea realmente reparador. De poco sirve pasar siete horas en la cama si problemas como la apnea del sueño lo alteran o interrumpen. En definitiva, para que las dietas de pérdida de peso funcionen no solo hay que dormir lo suficiente, hay que dormir bien”.
¿Cómo funciona el organismo durante el sueño?
El organismo gasta entre 60% y 75% de energía estando en reposo, es decir, realizando acciones tan simples como dormir o respirar. Cuando la persona no descansa lo suficiente, las hormonas que regulan el apetito como la leptina y la grelina, se desequilibran, es en este aspecto en el que las dietas de pérdida de peso pueden verse alteradas.
Sin embargo, al estar alteradas, no significa que las dietas no funcionan. El problema que ocurre con personas mayores de 60 años es que cuando no descansan bien, la leptina, que es la hormona que regula la sensación de saciedad, está a niveles muy bajos en el organismo y a su vez, aumentan los niveles de grelina, la hormona que se encarga de la sensación de hambre.
Un descanso alterado es capaz de sabotear cualquier programa de pérdida de peso. Por un lado, la grelina mandará más órdenes al cerebro avisando que el cuerpo tiene apetito. Por otro, la leptina no ejercerá del todo su función de avisar cuando se ha ingerido la suficiente cantidad de alimento. En resumen: más hambre y menos sensación de saciedad.
No obstante, en circunstancias normales, esta situación provoca un aumento de peso, ya que la persona tiende a comer más alimentos energéticos (sobre todo dulces), además disminuyen las ganas de realizar alguna actividad física. Pero a esta edad, cuando se sigue una dieta para perder peso, el problema es que puede aparecer ansiedad por la comida y acabar arruinando todos los buenos propósitos planteados al iniciar el plan de adelgazamiento.
¿Cómo debe ser un buen descanso para adelgazar?
Si el adulto mayor ha probado más de una dieta y no consigue bajar de peso, debe plantearse si el descanso es el adecuado. Según informó el blog manmedicalinstitute.com, “el organismo necesita entre 6 y 8 horas de sueño para recuperarse plenamente de la actividad diaria. Y no se debe olvidar que en ese periodo el metabolismo continúa activo, por lo que hay un gasto calórico”.
Si el problema no es que la persona duerma pocas horas, sino que el descanso se ve interrumpido o alterado por problemas como ronquidos o apneas, debe consultar con el especialista para iniciar un tratamiento adecuado.
Para finalizar, las personas mayores de 60 años pueden adquirir algunos hábitos que ayuden a conciliar el sueño, hacer algo de deporte, evitar realizar actividades estimulantes antes de acostarse y cenar dos horas antes. Son pequeñas rutinas que mejorarán el descanso y, por tanto, ayudarán a conseguir los objetivos que se ha planteado al iniciar la dieta para perder peso.