Vida moderna

El fruto seco que mejora la salud y no engorda

Los frutos secos en general aportan un 20 % de proteínas vegetales, tanto como las legumbres, aunque se comen en menor cantidad.

18 de enero de 2023
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Los pistachos son fuente de ácidos grasos insaturados, ácidos grasos monoinsaturados, fibra, calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo, hierro, tiamina, vitamina E y folatos. | Foto: Getty Images

El pistacho es un pequeño fruto seco de color verde. Encerrado en una cáscara dura que se rompe al madurar, está cubierto por una fina piel roja. Este alimento es uno de los más apetecidos a la hora de calmar el hambre con un pequeño snack o para acompañamiento de platos, postres o bebidas.

Sin embargo, pocos conocen sus grandes beneficios para la salud. Estos frutos secos aportan un 20 % de proteínas vegetales, tanto como las legumbres, aunque se comen en menor cantidad. También contienen un 28 % de hidratos de carbono, que al ser absorbidos lentamente por el organismo procuran energía gradual, según el portal de salud Cuerpo y Mente.

Los expertos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) indican que los pistachos son fuente de: ácidos grasos insaturados, ácidos grasos monoinsaturados, fibra, calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo, hierro, tiamina, vitamina E y folatos.

Además, el pistacho es bueno para el corazón: este fruto seco es ideal para la reducción del colesterol y del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, cálculos biliares, extirpación de la vesícula biliar y cáncer de colon en las mujeres, según el magacín MensHealth.

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El pistacho contiene un 28 % de hidratos de carbono, que al ser absorbidos lentamente por el organismo procuran energía gradual, | Foto: Getty Images

Beneficios de los pistachos para la salud

Por lo general, se recomienda generalmente comer un puñado de frutos secos al día. Sin embargo, en el caso de los pistachos, el consejo es consumir 49 unidades al día, lo que corresponde a cerca de 30 gramos si no tienen cáscara.

Ayuda a la salud de los ojos

  • La luteína y los carotenos presentes en el pistacho protegen la vista. De hecho, se ha asociado el consumo de pistachos con una menor incidencia de cataratas, degeneración macular y pérdida de visión, así como con una buena percepción visual nocturna.

Combate la anemia

Anemia
El pistacho es adecuado en casos de anemia. | Foto: Getty Images

Cuidan la musculatura

  • Por su contenido de potasio, comer pistachos resulta muy bueno para cuidar la musculatura y mantener un buen rendimiento físico. Así que es ideal para quienes practican ejercicio físico con frecuencia.
  • Además, favorece la contracción muscular, la transmisión nerviosa y, como si fuera poco, favorece la eliminación de líquidos retenidos.

Ayudan a regular el tránsito intestinal

  • Los pistachos son muy ricos en fibra, un nutriente que favorece y regula la función intestinal del organismo.
  • Por esta razón, con una alimentación rica en frutas y verduras, se puede prevenir el estreñimiento.
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El pistacho es ideal para la reducción del colesterol y del riesgo de enfermedades cardiovasculares, | Foto: Getty Images

Ayudan a prevenir migrañas

  • Los pistachos contienen magnesio, un componente que regula la función de los músculos de todo el cuerpo (incluyendo el corazón) y el sistema nervioso, los niveles de azúcar y la presión sanguínea, según el portal Mejor con Salud.

Para la salud del corazón

  • El infarto, la arteriosclerosis y otros trastornos vasculares se pueden prevenir consumiendo fitoesteroles y grasas como las del pistacho.
  • Este alimento aporta luteína, que evita la oxidación del colesterol y su acumulación en placas de ateroma, así como fitosteroles y fibra que ayudan a eliminarlo de la circulación.
  • De una a tres raciones diarias (de 30 a 100 gramos) logran reducir un 11 % el colesterol malo LDL.

Obesidad y diabetes

  • El pistacho es un tentempié sano si se consume en raciones moderadas. Es rico en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y el control del azúcar.
  • Los diabéticos pueden usarlos para reducir la carga glucémica elevada de otros alimentos, como el pan o las papas.