El fruto seco que protege el sistema cardiovascular y previene enfermedades coronarias

Uno de los problemas que suele aquejar con mayor frecuencia a los adultos mayores son las enfermedades cardiovasculares (ECV) que hacen referencia a los problemas del corazón y los vasos sanguíneos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una tercera parte de las defunciones por estas afecciones ocurren prematuramente en personas menores de 70 años.

Según información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, por lo general, estos problemas a menudo se deben a la aterosclerosis, una afección que se da cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes del vaso sanguíneo, es decir, en la arteria.

Sin embargo, existen muchos tipos de enfermedades cardiovasculares, entre las comunes está la cardiopatía coronaria que sucede cuando se acumula placa en las arterias que conducen al corazón; la insuficiencia cardiaca que se produce cuando el miocardio se vuelve rígido o débil; las arritmias que son problemas con la frecuencia cardiaca o el ritmo cardiaco; entre otros.

De este modo, es importante cuidar la salud del corazón, no solo haciendo algún tipo de actividad física, sino también por medio de una alimentación saludable rica en vitaminas y minerales. Por ello, la Clínica Baviera destaca los beneficios de los anacardos, un fruto seco ideal para preservar la salud cardiovascular. Este superalimento contiene ácidos grasos insaturados y un gran valor nutricional en donde se destaca la vitamina B y E, proteínas vegetales, fósforo, magnesio, ácido fólico, selenio, potasio, entre otros.

Además de prevenir las enfermedades cardiovasculares, este fruto seco también favorece el funcionamiento del sistema nervioso, ayuda a bajar el colesterol malo, aumenta los niveles de colesterol bueno, fortalece los músculos, mejora el rendimiento intelectual y la memoria, controla la presión arterial y reduce las enfermedades mentales tales como la depresión o ansiedad.

¿Cómo consumir este superalimento?

De acuerdo con Cuerpo y Mente, los anacardos se pueden preparas muchas formas:

• Después de recogerlos, los anacardos se pueden cocer al vapor para neutralizar los compuestos irritantes que se encuentran en las cáscaras. Luego, se fríen ligeramente para que sean más crujientes y apetecibles.
• Los anacardos tienen una gran afinidad con especias como la pimienta o el cardamomo y con otros ingredientes como el coco o el jengibre. Por ello, son atractivos para los cocineros orientales, especialmente de la India, que lo utilizan con frecuencia en numerosas recetas.

• Este superalimento se puede incluir en ensaladas, sobre todo si llevan manzana, escarola, zanahorias o calabaza.
• Los anacardos pueden enriquecer también platos con arroz, cuscús, salteados con espinacas y otro tipo de hortalizas.
• Un producto derivado de este fruto seco es la mantequilla de anacardo. Se asemeja a la de cacahuete, pero es más dulce y cremosa. Es dial para consumirla con tostadas o como base para preparar ensaladas.

Consejos para prevenir las enfermedades cardiovasculares

Además de una alimentación saludable y una buena rutina de ejercicio físico, Medline Plus, lista tres consejos importantes para preservar la salud del corazón y prevenir enfermedades que lo afecten:

• Controlar la presión arterial: cuanto el cuerpo tiene elatos niveles de presión arterial se le denomina hipertensión, un factor de riesgo que aumenta las enfermedades del corazón. Para prevenir esto, es importante que sea revisada regularmente, al menos una vez al año para la mayoría de los adultos.

• Mantener regulados los niveles de colesterol y triglicéridos: estas dos condiciones pueden llegar a obstruir las arterias y aumentan el riesgo de una enfermedad coronario o ataque al corazón. Por ello, se debe revisar detalladamente el estilo de vida y los medicamentos que se consumen, ya que algunos de estos pueden aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos.
• Mantener un peso saludable: la obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, porque están vinculados a otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular como los niveles de colesterol, presión alta y diabetes.