SALUD
El fútbol y la salud cerebral
La asociación de fútbol en Europa investigará rigurosamente los efectos y consecuencias que tendría cabecear la pelota para la salud de los futbolistas de categorías juveniles.
La Unión de Federaciones de Fútbol Europeas (UEFA) se pondrá al frente de un proyecto que evaluará el verdadero riesgo de jugar al fútbol para los niños, pues la falta de información sobre el tema les ha impedido establecer protocolos para cuidar la salud de sus deportistas más jóvenes. Los resultados del informe, que será presentado a finales de junio, establecerán si cabecear el balón “tiene algún efecto en la estructura y funciones de los cerebros de los futbolistas juveniles”, aseguró la organización.
No son los primeros en evaluar este riesgo. La Federación Estadounidense de Fútbol (USSF) fue la primera en tomar decisiones con respecto a este tema luego de que en 2014 un grupo de padres de familia y jugadores radicaran una demanda acusando a la FIFA y la USSF por negligencia en el tratamiento de lesiones cerebrales o contusiones producidas durante el juego. La federación estableció que lo mejor era evitar que los jugadores menores de 10 años cabecearan la pelota y limitar las veces que los deportistas entre los 10 y 13 años lo hacen.
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La evidencia sobre los efectos reales de los cabezazos en el fútbol no es extensa ni suficiente. Sin embargo, en 2013, un equipo de expertos del Colegio Albert Einstein de Medicina, en la Universidad Yeshiva en Nueva York, adelantó un estudio para evaluar la memoria de los futbolistas que participaron en la investigación. Descubrieron que aquellos jugadores que habían cabeceado la pelota más de 1.800 veces por año obtuvieron resultados más bajos en las pruebas de memoria, comparados con quienes habían cabeceado menos veces. "Los cabezazos reiterados pueden iniciar una cascada de respuestas que lleva a la degeneración de las células cerebrales", anotó Michael Lipton director del estudio.
Precisamente, lo que se busca es evitar que los futbolistas empiecen desde muy jóvenes a acumular anomalías cerebrales. “Las lesiones tempranas se deben manejar con cuidado y deben ser prevenidas para que no incidan en el desarrollo cerebral de los niños”, explica el neurólogo Francisco López. “Lo que preocupa son los impactos repetidos, pues esto puede conducir a que se desarrollen problemas neurodegenerativos que derivan en dolores fuertes de cabeza, dificultades con la memoria, así como trastorno del comportamiento, entre otros”, añade el especialista.
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Cuando el cerebro es sacudido de forma violenta, como sucede en los cabezazos a la pelota o el choque con otro jugador, se puede presentar una interrupción en las fibras neuronales, que son las que transportan los mensajes de las células nerviosas. Los impactos en la cabeza son más perjudiciales para los niños ya que “sus cerebros no tienen tanta mielina, que es el recubrimiento de las fibras neuronales, como la que tienen los de los adultos”, dice López. Por su parte, los pequeños tampoco tienen un cuello lo suficientemente fortalecido para soportar un golpe de esa magnitud, puede causar un daño serio.
La idea no es que se prohíba la práctica del fútbol para los niños, sino evitarles situaciones que puedan poner en riesgo su desarrollo. Por eso, cada día son más los clubes que están comprometidos en cuidar la salud de sus futuras estrellas. “Cuidarse de los golpes en la cabeza no es solo una recomendación para el fútbol, sino para otros deportes que también son riesgosos como el boxeo, el fútbol americano o el hockey”, concluye López.