Vida Moderna
El hábito que reduce la presión sanguínea y tiene un efecto sedante en el cuerpo
Si bien la recomendación no es aplicarlo todos los días, los expertos consideran que al hacerlo esporádicamente se libera el exceso de tensión.
Aunque suene irreal, llorar es un hábito positivo para recudir la presión sanguínea, debido a que tiene un efecto sedante en el cuerpo.
Llorar es una reacción universal de los seres vivos ante alguna situación, sea de alegría o tristeza. De igual forma, las coyunturas de estrés intenso también conllevan a que las lágrimas desciendan por los pómulos.
Diversos estudios realizados sobre la composición química de las lágrimas relacionadas al llanto revelan que contienen hormonas del estrés, las cuales tienen la función de preparar al organismo frente a situaciones de amenaza. Es decir, las lágrimas son un método de defensa ante algún suceso que sea calificado como peligrosa.
Para ello, los expertos de American Association of Retires Persons (AARP) detallan los beneficios del llanto. Por un lado, señala que estas ayudan a reaccionar positivamente al organismo, debido a que permite calmar el estrés para pensar con cabeza fría y así tomar las mejores decisiones para afrontar la situación. De igual modo, permite desahogarse para tener la sensación de tranquilidad.
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Dependiendo de la gravedad del suceso que acongoja a la persona, el estrés generado en el organismo será mayor o menor. Por lo tanto, también se verá influenciada la producción de las hormonas del estrés.
La respuesta de descarga interna de una sobredosis de hormonas de estrés facilita este proceso, pero cuando finaliza la situación de amenaza, el cuerpo que ha producido un superávit de esas hormonas, requiere un mecanismo para liberarlas, el cual no es más que el llanto. Los expertos indican que así es el procedimiento interno al momento de llorar.
Por otro lado, los investigadores indican que conservar esas hormonas prolongadamente en el cuerpo genera toxicidad. Es por ello que el estrés constante termina siendo el detonante de complicaciones de carácter fisiológico, tales como patologías cardiovasculares , digestivas, dérmicas, fibromialgia, entre otras.
De igual manera, el estrés acumulado conlleva a la aparición de problemas mentales severos, del calibre de depresión, ansiedad, desarrollo de adicciones, disfunciones sexuales y trastornos alimentarios. Bajo ese contexto, los expertos indican que llorar es uno de los mejores métodos para eliminar el estrés, impedir complicaciones, sentirse tranquilo y contar con mejor visión a la hora de solucionar los problemas.
Las personas creen que llorar tiene efectos secundarios adversos, pero a nivel clínico ocurre todo lo contrario. Los expertos apuntan a que este hábito libera el exceso de tensión, reducir la presión sanguínea, favorece la relajación muscular y genera un efecto sedante. Después de llorar, de forma natural, la mayoría de las personas afirma sentirse mejor.
Por si fuera poco, el llanto también tiene una función social, dado que es una manera de pedir ayuda. En los casos cuando todo proviene de una situación triste, llorar demuestra la necesidad de apoyo y algunas personas al notar esto tienden a socorrer a la gente afectada.
Ver llorar a alguien invita a la compasión y alerta a las personas que lo requieren. El ejemplo más fidedigno de esto tiene que ver con los bebés. Cuando ellos lloran, están demostrando la necesidad de algo frente a algún malestar que tengan. Al no saber todavía a hablar, el llanto ayuda a que se hagan entender con el resto.
Para los niños, llorar es una manera de pedir ayuda física y emocional; no saben llorar solos. Por lo tanto, hay personas que en el futuro tienden a ser más propensas al llanto que otras, dependiendo de múltiples factores. No obstante, por la presión social que genera, en algunas casos los humanos llorar a solas; generando que la función social de solicitar apoyo se esfume.