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El misterioso brote de hepatitis que tiene en alerta al mundo
Alarma global por una forma no identificada de hepatitis, que ha afectado a más de 170 niños en el mundo. Esto es lo que se sabe de la rara enfermedad.
Aún no se ha declarado el fin de la pandemia y ya hay preocupación por un severo tipo de hepatitis aguda que empieza a surgir en el planeta. Desde que el primer caso se presentó en Escocia a finales de marzo, se han registrado cerca de 200 niños en 16 diferentes países, según un reporte del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades. Cuatro de ellos murieron y 17 necesitaron trasplantes de hígado. Los últimos tres fallecieron en Indonesia.
Los síntomas que aquejan a estos pequeños antes de que se produzca la inflamación del hígado incluyen náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Los niños de Indonesia, de 2, 8 y 11 años, también padecieron fiebre, ictericia, convulsiones y pérdida del conocimiento, según los voceros del Ministerio de Salud de ese país.La hepatitis es la inflamación del hígado y generalmente es causada por una infección viral que se transmite por el consumo de alimentos y bebidas contaminados con las heces de una persona infectada, o por contacto de sangre o por vía sexual.
También ocurre cuando hay daño hepático por beber mucho alcohol. La hepatitis a menudo no tiene síntomas perceptibles, pero estos pueden incluir orina oscura, heces de color gris pálido, picazón y coloración amarillenta de los ojos y la piel. Los infectados también pueden sufrir dolores musculares y articulares, temperatura alta, náuseas y estar inusualmente cansados todo el tiempo.
Algunos no saben si el incremento de casos es por un aumento real o por un incremento en la conciencia de los padres y médicos que ha llevado a detectar más pacientes. Pero otros dicen que, aun cuando estos nuevos brotes son muy pequeños, resultan inusuales. Solo en Gran Bretaña, donde se concentran la mayoría de enfermos, dos unidades pediátricas han tenido más admisiones por esta hepatitis aguda que en todo un año. Algunos médicos piensan que los contagios conocidos hasta hoy podrían ser solo “la punta del iceberg”. La OMS no está alarmada sin razón.
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El organismo ve un “aumento significativo e inesperado” de casos en Reino Unido entre niños pequeños previamente sanos, así como en Irlanda y Países Bajos. El profesor Simon Taylor-Robinson, un hepatólogo del Imperial College London, le aseguró al diario The Daily Mail que, si 10 por ciento de los casos requiere trasplante, es porque muchos no han sido detectados, y esto ocurre, en parte, porque los padres ignoran las señales de la enfermedad.
Por eso, los virólogos temen que el número real de víctimas sea mucho mayor. Además, la ictericia –el color amarillento de la piel o los ojos, un signo clave de enfermedad hepática– se ha detectado en menos de la mitad de los niños enfermos. Un problema adicional es que otros síntomas, como náuseas, diarrea, letargo y dolores de estómago, suelen atribuirse a varias enfermedades, como intoxicación alimentaria o norovirus.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también están alarmados y eso los llevó a publicar a finales de abril un estudio sobre la situación en Alabama, donde se concentran los contagios. De hecho, en diez estados del país del norte se investigan casos de niños con esta hepatitis severa. La pregunta del millón es qué está causando el brote. Algunos expertos creen que un adenovirus común sería el responsable, pero hasta ahora se sabe que ese patógeno provoca gastroenteritis en los menores, pero “generalmente no se conoce como una causa de hepatitis en niños sanos”, dijo la OMS.
La sospecha surge de los 169 menores incluidos en un estudio reciente de la OMS, pues al menos 74 sufrían una infección por adenovirus. Según la organización, 18 de ellos estaban infectados con adenovirus tipo 41, que generalmente produce síntomas gastrointestinales y respiratorios.
Además, dice el reporte, las infecciones por adenovirus han aumentado en Gran Bretaña, donde se registró la mayoría de los casos de hepatitis. Pero esa explicación no convence, pues no todos los niños dieron positivo para adenovirus, y, aun cuando los virus pueden provocar inflamación del hígado, ese síntoma es más común en personas inmunodeprimidas y no es una causa común de insuficiencia hepática en los menores. Los adenovirus se transmiten comúnmente por contacto personal cercano, gotitas respiratorias y superficies contaminadas.
Hay más de 50 tipos de adenovirus, que con mayor frecuencia propician resfriados, pero también muchas otras enfermedades. Por eso se coteja también la posibilidad de que sea una nueva versión de adenovirus o que se trate de una coinfección de dos patógenos. El coronavirus también podría jugar un papel, aunque no directo. De los 169 pacientes identificados por la OMS, 20 dieron positivo por coronavirus, razón por la cual no se puede descartar por completo una conexión con este bicho.
Pero sí es posible que los casos de hepatitis estén relacionados con la pandemia de manera indirecta, puesto que las cuarentenas preventivas pueden haber debilitado la inmunidad de los niños y haberlos dejado más susceptibles al virus. Lo que sí está descartado es la teoría de que la vacuna contra la covid-19 sea una posible causa, pues ninguno de los menores británicos enfermos ha sido vacunado debido a su corta edad.
A pesar de todo, los expertos dicen que hay que mantener la calma y consideran que no hay razón para el pánico, ya que en el 99 por ciento de los casos el hígado puede regenerarse. En ese momento, las posibilidades de necesitar un trasplante o de morir por esta condición son bajas.
El profesor Alastair Sutcliffe, pediatra del University College London, dijo a Mail Online que es consciente de que los crecientes casos preocupan, pero aún es muy pronto para predecir qué tan común será la infección. Por ahora, los padres no deben temer. Sutcliffe les recomienda a las familias estar pendientes de los signos de alarma y saber que, si su hijo desarrolla ictericia, necesita atención médica rápidamente.
Los signos de alarma
Estas son algunas señales de alerta que los padres deben atender:
• Orina de color oscuro
• Heces pálidas o grises
• Piel
• Ictericia: ojos y piel amarilla
• Dolor muscular y de las coyunturas
• Fiebre alta
• Cansancio y sensación de estar enfermo
• Pérdida del apetito
• Dolor de estómago