REINO UNIDO

El niño que pide a la justicia que los menores sean escuchados cuando hay disputas entre los padres

Oscar, un niño de 9 años, describió la situación en que se encontró hace dos años cuando fue objeto de una disputa legal por su custodia en los tribunales de Reino Unido.

Alianza BBC
19 de octubre de 2017
| Foto: GETTY IMAGES / BBC MUNDO

"Es muy difícil tratar de concentrarse cuando sabes que tus papás están peleando por ti y por cuál de los dos será quien viva contigo. Es un pensamiento que te queda zumbando en la mente durante horas y días, sin fin".

Así fue como Oscar, un niño de 9 años, le describió a la BBC la situación en que se encontró hace dos años cuando fue objeto de una disputa legal por su custodia en los tribunales de Reino Unido.

En cualquier país, para cualquier persona de cualquier clase social, la desintegración de la familia es penosa, hasta devastadora en muchos casos.

En particular para los menores que pueden encontrarse en el centro de un amargo tire y afloje entre padres o entre éstos y las autoridades, en el que el fallo de un juez tiene un impacto fundamental en el futuro de los niños.

En estos casos, los tribunales insisten en que velan primordialmente por el interés del menor, pero la mayoría de las veces las voces de estos niños y jóvenes son las que menos se tienen en cuenta.

Intermediarios

Los menores están defendidos en Reino Unido por una agencia social de tutela llamada Cafcass (Servicio de Asesoría y Apoyo para Niños y Familias en la Corte), la cual les pregunta sobre sus deseos y sentimientos para presentarlos ante la corte.

Pero los niños nunca rinden testimonio, pocos entran en contacto con el juez y ni siquiera circula una foto que los identifique como relacionados al conflicto.

El propósito de esto es proteger al menor, pero en muchos casos se sienten infelices son el sistema y sienten que no han sido escuchados.

En el caso de Oscar, él tenía representación legal por intermedio de un tutor designado por el tribunal, pero igual insistió en reunirse en persona con el juez.

"Pensé que tenía derecho a reunirme con el juez, teniendo en cuenta que esa pequeña decisión tendría una enorme repercusión en mi vida durante el resto de mi niñez", expresó a la BBC.

El juez aceptó la solicitud. "Me habló de las cosas que estaban sucediendo durante el juicio. Y luego le comenté lo que yo pensaba de la situación y de lo que yo, al fin de cuentas, quería porque en realidad se trata del interés de un niño, en este caso yo", comentó.

Niños "invisibles"

En una reciente conferencia, el presidente de la División de Familia del Alto Tribunal de Reino Unido llamó la atención al hecho de que los niños son "invisibles" en casos de familia.

El Artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU estipula que los menores tienen derecho a:

-tener una opinión

-tener la oportunidad de expresar esa opinión

-saber que su opinión ha sido tomada en cuenta

Las reuniones privadas entre los niños y los jueces no deberían ser, entonces, para recoger evidencia sino para asegurar que los menores entiendan el proceso y puedan expresar cómo se sienten.

Durante años, el juez distrital Nicholas Crichton arguyó que los menores deberían tener el derecho de entrevistarse en privado con los jueces si así lo deseaban.

En 2010, se le pidió que esbozara las guías para que los magistrados apoyaran la medida.

Desde entontes, un grupo de altos magistrados ha estado analizando el asunto, inclusive abordando la posibilidad de permitir que los menores rindan testimonio en la corte.

En 2014, el entonces ministro de Justicia prometió que cada niño involucrado en una disputa familiar podría entrevistarse con el juez si así lo deseaba. Sin embargo, el plan no tuvo la oportunidad de tomar vuelo.

Natasha Philips, una activista para la reforma de las cortes, pidió ver los documentos del Ministerio cuando investigaba qué tanto se había logrado.

"Pregunté cuántos niños habían solicitado el servicio", explicó Philips. "Si me podían dar información de cómo sus deseos fueron registrados, si los niños tuvieron la oportunidad de hablar con los jueces".

La respuesta: que la medida había sido archivada.

La niña que quería ser congelada

Aún así, algunos jueces sí se han entrevistado con los menores, si estos lo solicitan.

El alto magistrado Lord Jackson, exfuncionario de la División de Familia del Alto Tribunal, se cercioró de que la voz de los niños fuera escuchada en algunos de sus casos recientes de alto perfil.

Uno de ellos fue cuando una joven niña, con cáncer terminal quiso que su cuerpo fuera criogénicamente congelado.

Como la menor estaba muy enferma, no podía presentarse ante la corte. Él la visitó en el hospital y decidió permitir que su cuerpo fuera congelado.

La niña se emocionó con el fallo y lo llamó "mi héroe". Al morir fue congelada en el Instituto Criogénico de Michigan, en Estados Unidos.

El juez también publicó un fallo en lenguaje sencillo para que pudiera ser entendido por los niños involucrados en el caso y cuando un niño solicitó vivir con su padre, el juez le respondió con una carta personal.

El magistrado propone que la medida se siga meditando y trabajando, aunque no cree que deba ser una regla férrea que cada niño de cierta edad deba ver un juez.

"Pienso que para muchos niños eso sería muy intimidante", sostuvo. "Hay que asegurarse de que el menor salga de la reunión sintiéndose mejor que cuando entró. Que el menor o el joven se sienta bien conociendo quién va a tomar las decisiones sobre su futuro".

Proceso "más amigable"

Para Jackson se debe pensar con cuidado los temas que se abordan en la conversación y aún lo que no debe abordarse.

Oscar le dijo a la BBC sentirse mejor habiéndose entrevistado con el juez: "Si fuera un adulto el que estuviera en medio de la pelea de con quién viviría, él o ella querría conocer quién está tomando la decisión, así que si un adulto tiene ese derecho ¿por qué no un niño?".

Cree que los niños deberían estar invitados a ver el juez: "Sería mucho más amigable, pues en algunos casos los niños podrían pensar que están siendo un problema para el juez y que les pueden gritar.

Pero sería mucho más fácil si los invitan. No se sentirían nerviosos y atemorizados", aseguró.

Oscar es ahora uno de los más jóvenes miembros de la Junta de Personas Jóvenes para la Justicia Familiar de la Niñez. Está conformada por 40 personas de entre 8 y 25 años que son o fueron niños en casos de disputas familiares.

Su propósito es garantizar que el sistema de justicia de la familia continúe enfocada en los menores y que sean incluidos en el proceso.

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