SALUD
El oligoelemento que mejora el gusto, el olfato y fortalece el sistema inmune
Los oligoelementos intervienen en la regulación y equilibrio de las funciones respiratoria, digestiva y muscular, y en las funciones metabólicas.
Los oligoelementos son micronutrientes esenciales para que el organismo pueda desarrollar diferentes funciones. Su deficiencia puede causar desde alteraciones metabólicas hasta enfermedades crónicas.
El portal Salud Mapfre indica que los oligoelementos intervienen en la regulación y equilibrio de las funciones respiratoria, digestiva, neurovegetativa y muscular, y en las funciones metabólicas, entre otras. El ser humano no puede producirlos, por lo que es necesario que la alimentación aporte las pequeñas pero importantes dosis que requiere el cuerpo para evitar posibles complicaciones de salud y enfermedades.
Algunos de los más importantes son el calcio que interviene en el sistema nervioso, los huesos, los dientes y la coagulación de la sangre; el cobre, que forma parte de los tejidos corporales, como el hígado, el cerebro, los riñones y el corazón; el flúor que forma parte de los dientes; el fósforo que interviene en la formación de proteínas y el hierro que integra la hemoglobina, precisa el portal Mejor con Salud.
También destacan el manganeso, que forma parte de ciertas enzimas; el magnesio, que interviene en el metabolismo de glucosa; el potasio que ayuda en el equilibrio del medio interno; el yodo necesario para la función de la tiroides y el zinc que interviene en el metabolismo de proteínas y ácidos nucleicos.
Tendencias
Precisamente, el zinc es uno de los oligoelementos más importantes. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, indica que este elemento se encuentra en segundo lugar, después del hierro por su concentración en el organismo.
El zinc está presente en las células por todo el cuerpo. Es necesario para que el sistema de defensa del cuerpo, es decir, el sistema inmune funcione apropiadamente. Los científicos han demostrado que este componente permite aumentar y desarrollar el sistema de defensas. Esto evita que los microorganismos dañinos ingresen en el organismo y, si lo hacen, logra que sean debidamente neutralizados.
De igual forma, juega un papel importante en la conservación de sentidos como el olfato y el gusto. Algunas enfermedades o fármacos pueden provocar una disminución de estos sentidos debido a que afectan los niveles de zinc, entre otros.
Estos son sentidos que pueden ir disminuyendo con la edad. Además, algunos tratamientos farmacológicos como la quimioterapia también pueden incidir. Este hecho influye directamente en cómo las personas perciben los alimentos y las bebidas, pudiendo afectar negativamente al apetito. Por ello es importante consumir alimentos ricos en este elemento para evitar posibles afectaciones en estos sentidos.
Otros beneficios
El zinc también participa en la división y el crecimiento de las células, al igual que en la cicatrización de heridas y en el metabolismo de los carbohidratos. Durante el embarazo, la lactancia y la niñez, el cuerpo necesita zinc para crecer y desarrollarse apropiadamente.
De igual forma, sirve para eliminar los radicales libres del cuerpo y para lograr la elasticidad en la piel. El 20 % de este mineral se retiene en la dermis; mientras el restante porcentaje se deposita en los tejidos pigmentados de los ojos, uñas y cabellos, huesos, testículos y músculos.
Principales fuentes de zinc
Las proteínas animales son una buena fuente de zinc. Las carnes de res, cerdo y cordero contienen mayor cantidad de zinc que el pescado. La carne oscura de un pollo contiene más cantidad que la carne blanca, según los expertos de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos. Otras fuentes buenas de zinc son las nueces, los granos enteros, las legumbres y la levadura.
Por el contrario, las frutas y las verduras no son buenas fuentes; por ello, las dietas bajas en proteínas y las dietas vegetarianas tienden a ser bajas en zinc.
Este mineral también está en la mayoría de los multivitamínicos y suplementos minerales. Estos suplementos pueden contener gluconato, sulfato o acetato de zinc, pero no está claro si una forma es mejor que las otras. El zinc también se encuentra en algunos medicamentos de venta libre, como pastillas, aerosoles nasales y geles nasales para resfriados.