Vida moderna
El poderoso ingrediente de cocina que previene las arrugas y detiene el envejecimiento
Se encarga de exfoliarla y de rehidratarla.
El paso de los años no es en vano y suele dejar sus huellas en la piel, la cual se ve duramente maltratada por la falta de cuidado y por los efectos de la mala alimentación, el clima, la contaminación, y obviamente, el envejecimiento.
Para evitar que esto suceda, hay varios ingredientes que pueden ayudar a retrasar la aparición de las arrugas y de paso a cuidar la piel para que esta siempre luzca radiante y mucho más joven.
Esos alimentos que contribuyen al cuidado de la piel son la leche y la avena, cuya mezcla tiene importantes beneficios para el cuidado de la piel.
Por un lado, la avena se comporta como un exfoliante suave que se encarga de eliminar las células muertas de la piel y de dejarla mucho más luminosa y clara.
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Por su parte, la leche es rica en nutrientes e hidrata la piel, devolviéndole su flexibilidad y haciéndola lucir mucho más suave.
Por último, amos alimentos tienen importantes propiedades antioxidantes que ayudan a cuidar la piel del año causado por los radicales libres, los cuales son, en gran parte, responsables del envejecimiento prematuro.
¿Cómo preparar la mezcla de avena y leche para rejuvenecer la piel?
Lo primero que hay que hacer es cocinar la avena en la propia leche a fuego lento e ir revolviendo de forma constante hasta que se logre una textura cremosa; cuando esto pase, será el momento indicado para retirarla del fuego.
Ahora, la mezcla, una vez esté fría, se debe llevar a la licuadora para lograr un tipo de crema suave y sin grumos. Así estará lista para aplicar en el rostro.
¿Cómo aplicar la mezcla de avena y leche para rejuvenecer la piel?
- Lave el rostro con agua tibia y séquelo con una toalla limpia.
- Aplique la mascarilla de avena y leche por no más de 20 minutos hasta que se seque.
- Humedezca las manos y masajee el rostro suavemente con movimientos circulares, esto con el fin de exfoliar la piel y lograr los resultados esperados.
- Lave el rostro y retire la mascarilla. Séquelo con una toalla limpia dando golpes suaves sobre él.
- Enjuaga tu rostro con agua tibia y sécalo con golpecitos suaves.
Hay que tener en cuenta que es necesario aplicar esta crema casera dos veces por semana y, antes de hacerlo, es mejor aplicarla sobre una parte de su mano para saber si se es alérgico a ella.
Colágeno casero con romero y pepino para reducir arrugas
Panorama Web destaca el potencial del pepino y romero como ingredientes centrales del colágeno.
Los elementos a necesitar son cinco ramas de romero, una cucharada del gel de aloe vera, una taza de agua, una cucharada con bicarbonato de sodio, 100 mililitros con aceite de oliva y un pepino. Ya con todos los ingredientes recolectados, el primer paso es mezclar el agua con bicarbonato.
La planta subrayada debe cortarse con cáscara en rebanadas y juntar en la licuadora con el aceite y el romero. Después se pasa la mezcla resultante en un recipiente diferente, procurando extraer la mayor cantidad de esta posible y; finalmente, se adiciona, el gel de aloe vera.
Para aplicarla, Panorama Web explica que (como en cualquier producto a aplicarse) el rostro y cuello deben estar lavados correctamente. Se sugiere colocar con una brocha de maquillaje y dejar que haga efecto por mínimo 20 minutos antes de retirar con agua tibia.
El sitio web Glamour pone en relieve el romero por su potencial como astringente, es decir, que ayuda a reducir la apariencia de poros y eliminar los excesos de grasa. También se destaca por su efecto contra el acné, gracias a sus propiedades antisépticas.
Respecto al pepino, Mejor con Salud hace hincapié en la vitamina A, C y E y un alto contenido en agua, así como minerales y aceites naturales. Esto contribuirá a que la piel esté más libre de toxinas y tenga hidratación (punto clave para retrasar las arrugas).
Consejos naturales para cuidar la piel
Respecto a sugerencias generales para mantener una piel lozana e hidratada, Mayo Clinic insiste en no pasar por alto:
1. Limitar la exposición al sol sin prescindir de este, pues el cuerpo también necesita recibir la vitamina D.
2. Mantener humectada la piel e incluir el protector solar en la rutina de cuidado.
3. Dejar de lado el tabaquismo.
4. Mantener una dieta balanceada en la que primen las frutas y verduras.